El alto de L'Angliru exhibe la placa que recuerda la gesta de José Luis Capitán

«Es una lesión que está durando demasiado tiempo». Así es como se enfrenta a diario el exatleta madrileño José Luis Capitán a una enfermedad rara, un probable ELA, su lucha diaria desde 2013 contra una enfermedad rara que le ha ido paralizando brazos y piernas. Ayer familiares y amigos quisieron rendirle un sencillo homenaje al hombre que está dispuesto a disputarle la carrera a la enfermedad para salir victorioso.En ese camino le acompañan sus familiares y en paralelo Carlos López Otín, que busca un resquicio en las pruebas médicas para seguir investigando.

La jornada comenzó con más de un centenar de personas reunidas para comer. A continuación, se ascendió al alto de L'Angliru, donde se colocó una placa que recuerda aquella carrera de 2005 en la que Capitán coronó la cumbre en una hora y 36 segundos; nadie ha podido igualar dicha gesta. Cuando la enfermedad le apartó de las carreras y para que la de L'Angliru no se la perdiese, la organizó varios años «hasta que las fuerzas me fallaron y tenía que pedir demasiados favores», recordaba, pero siempre ha sido una prueba especial. Ayer, muy emocionado, volvía a esa cumbre rodeado de los suyos.

Criado en las calles del madrileño barrio de Canillejas y afincado desde hace años en Asturias, tierra natal de su esposa, José Luis se enfrenta en la actualidad «al aburrimiento de ir en silla de ruedas, pero me estoy adaptando». Su fuerza de voluntad, como atleta de élite que fue, le impide rendirse y desde el alto de L'Angliru ayer rememoró su gesta, pero también cogió fuerzas para continuar con esa lucha diaria que nunca le abandonará. José Luis Capitán, es el gran capitán de L'Angliru, pero también de los que le conocen.