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A. FUENTE
CASO.
Lunes, 20 de enero 2020, 00:40
El alcalde de Caso, el socialista Miguel Ángel Fernández Iglesias, no pudo ocultar ayer su enfado. El motivo es el problema que desde hace dos años impide a un emprendedor realizar una importante inversión en Caleo, zona que está incluida en un Bien de ... Interés Cultural (BIC) por su iglesia. «Lo que estamos sufriendo en la zona rural es una auténtica vergüenza», protestó el regidor. Asegura que la paralización del expediente de obra es «culpa de la Dirección General de Patrimonio del Principado, por todas las trabas que pone para el desarrollo de los pueblos y, más concretamente, de algún técnico del área; se tendría que explicar el motivo por el que la documentación de este proyecto se mantiene 24 meses en un cajón».
Martínez Iglesias asevera que es la propia Administración regional la que espanta a los posibles inversores de la zona rural dispuestos a desarrollar nuevos proyecto con los que dar vida a los pueblos. «Se está haciendo mucho daño al concejo», opina. Sobre el proyecto de un emprendedor de origen mallorquín, enamorado de este entorno y dispuesto a invertir en la localidad, pero que ha visto denegada su solicitud de licencia para construir una casa en la parte alta del pueblo, señala que tenía intención de recuperar una casa «para dar clases de piano de forma gratuita» y que, al final, todo se va a ir al traste por las trabas burocráticas. «Es más, tenía intención de hacer más inversiones en el municipio, pero parece que va a desistir», lamenta.
La delimitación por la protección del BIC, coinciden regidor y vecinos, afecta de forma negativa al desarrollo de este lugar, cuyos residentes son conscientes de la necesidad de proteger su entorno, pero piden cierta flexibilidad porque «si continúan llevándolo al extremo como hasta ahora no nos permitirán avanzar como enclave turístico».
«Eso sí, luego el Principado destina 170.000 euros para arreglar el techo de la iglesia de Caleao, que es el BIC, y no son capaces de realizar una inspección previa a la recepción de la obra. ¿Qué pasó? Que se cayó la cubierta y el dinero, tirado a la basura», denuncia el alcalde. Esta techumbre fue reconstruida en 2015, pero no resistió los efectos de la nevada de febrero de 2018.
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