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ALEJANDRO JAMBRINA
Lunes, 31 de diciembre 2018, 22:06
. Los datos sobre los resultados académicos de la comunidad gitana continúan preocupando. El 64% de los niños gitanos abandonan las aulas sin lograr el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) mientras que la tasa de abandono del resto de escolares está en ... el 16%. Esta brecha comienza a reducirse poco a poco durante los últimos años gracias a iniciativas como el programa Promociona, impulsado por la Fundación Secretariado Gitano, que se lleva desarrollando en otros concejos asturianos desde 2009 y desde el pasado mes de septiembre, también en Mieres. En el municipio del Caudal está obteniendo unos resultados iniciales muy positivos, según las primeras evaluaciones que se han podido realizar. Al frente del programa están Teresa Pozo y Elena Miguel, dos orientadoras que, por el momento, están trabajando con veintiuna familias gitanas y 38 niños de Primaria y Secundaria. «El objetivo principal es favorecer la normalización educativa del alumnado gitano, apoyando su entrada, permanencia y promoción para lograr un mayor nivel de instrucción en la población escolar del municipio de Mieres», destaca Miguel.
Esta labor se estructura alrededor de tres pilares fundamentales. El primero de ellos es el apoyo escolar que se le ofrece a los propios alumnos en las instalaciones de la fundación. «Trabajamos con veintiún alumnos que acuden dos días por semana a recibir clases particulares que les ayudan a mejorar su rendimiento académico», explica la encargada de impartir estas clases de refuerzo, Teresa Pozo.
El segundo pilar es, probablemente, uno de los más importantes, pues se trata del trabajo directo con las familias de los niños. «Realizamos un seguimiento de la familia e intentamos fomentar la implicación de los padres y madres en el estudio de sus hijos», explica Pozo. «Estamos gratamente sorprendidos, pues todos los padres y madres se han implicado muchísimo», aseguran desde la fundación. Según las orientadoras, los principales problemas que las familias se encuentran a la hora de fomentar el estudio de sus hijos reside en los hábitos. «Hay algunos padres que no han tenido la oportunidad de estudiar y hay que trabajar con ellos pequeñas cuestiones como la puntualidad o la rutina a la hora de hacer los deberes», indican.
La tercera base sobre el que se trabaja es la comunicación con los propios centros educativos. «Intentamos ser un mediador entre los padres y el profesorado, además de dar a conocer la cultura gitana en las aulas con el fin de que la conozcan todos los alumnos de Mieres», detallan las orientadoras.
Una de las familias que participa en el programa Promociona en Mieres es la compuesta por Jaime Jiménez, Esperanza Jiménez y sus dos hijos, Manuel y José. En su caso, se enteraron de esta iniciativa porque ambos progenitores acuden periódicamente a otro programa de la fundación en el que les ayudan a conseguir el certificado de competencias clave, una titulación complementaria similar a la Secundaria. «Por diferentes motivos, nosotros no tuvimos la oportunidad de obtener el graduado escolar, algo de lo que nos arrepentimos y que no queremos que le pase a nuestros hijos», confiesa el padre de familia.
«Estamos preparados»
Manuel Jiménez es su hijo mayor. Tiene diez años y acude semanalmente a las clases de apoyo. «Yo no he servido para estudiar, pero mi hijo me sorprende cada día. En muestra época pensábamos en ponernos a trabajar o estar por las calles, pero nuestro hijos tienen las cosas mucho más claras y pueden llegar muy lejos», reconoce Jaime Jiménez. Su experiencia hasta el momento ha sido muy positiva, pues reconocen que las clases y el asesoramiento que reciben les ha ayudado mucho «a la hora de acompañar a nuestro hijo en sus estudios y hacer que mejoren sus notas».
«Queremos que nuestros hijos tengan una vida mejor que la nuestra, que estudien lo que quieran y lleguen tan lejos como les sea posible. Nosotros tenemos claro que les apoyaremos», asegura la madre. También reconoce que las cosas han cambiado mucho entre su generación y la de sus hijos. «Nuestros padres no tenían tanta conciencia ni se valoraban los estudios. Nosotros nos hemos modernizado y los gitanos estamos abriendo muchas puertas que teníamos cerrada», aseguran. De hecho, tras finalizar los estudios, el propio padre sostiene: «Quiero titularme como mediador social para poder ayudar a otras personas igual que ahora ayudan a mi familia».
No obstante, también reconocen que en su comunidad se siguen encontrando algunos problemas por el hecho de ser gitanos. «Todavía hay muchos prejuicios y piensan que no estamos preparados. Nuestro trabajo es demostrarles lo contrario y lograr que los gitanos se den a conocer social y laboralmente».
Otras dos familias que participan en el proyecto Promociona son las de Ricardina y Noemia Mateus, dos hermanas de origen portugués, pero afincadas en Mieres desde hace años. Ellas también se apuntaron a esta iniciativa a través de otros cursos laborales que realizan con la fundación. Ricardina ha apuntado a sus tres hijos, Marta, Alejandro y Francisco Augusto. Este último tiene el honor de ser el primer alumno del programa que logra obtener la titulación de Educación Secundaria. «Fue complicado porque venía de una dinámica muy negativa, pero en el programa me ayudaron mucho y gracias al esfuerzo de mi familia lo he conseguido», reconoce el joven, que ahora trabaja como repartidor mientras piensa en continuar su formación académica.
Su hermana Marta, de quince años, es otro ejemplo del éxito que está teniendo el programa. «Hasta ahora no conseguíamos que estudiase y el año pasado suspendió todas las asignaturas. Pero desde que participa en el programa y tiene la ayuda de Tere, sus resultados académicos han mejorado mucho», confiesa su madre, orgullosa de las calificaciones que ha obtenido su hija en el primer trimestre.
Noemia Mateus y sus dos hijas, Jenifer y Ruth, también están muy contentas. «No solo ayudan a los niños, también nos enseñan a los padres a trabajar junto a ellos, estar pendientes e implicarnos en su educación», comenta la madre.
Desde la Fundación Secretariado Gitano apuntan que «aún es pronto para hacer balance del programa». Pero aseguran que «los resultados están siendo muy positivos y la aceptación también, tanto por parte de las familias como de los centros». Por el momento, en el programa participan alumnos de siete centros escolares del concejo:los colegios Lastra, Rioturbio, la Salle de Ujo, la Pereda y los institutos Bernaldo de Quirós, Teodoro Cuesta y Batán.
Actualmente, la sede de la Fundación Secretariado Gitano de Mieres cuenta con un equipo de cinco personas, que ofrece diversos programas dirigidos a la comunidad gitana del concejo. «Pretendemos establecernos por mucho tiempo y hacer un itinerario a largo plazo en el que se puedan obtener resultados», señalan. No solo gestionan proyectos de educación, también de empleo, de competencias o el proyecto Sara Romí para mujeres, orientado a temas laborales y competencias de autoconocimiento y motivación. «Lo bueno que tenemos es que podemos dar respuesta integral a muchas necesidades, hay familias cuyos miembros están en diferentes programas», concluyen.
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