ALEJANDRO FUENTE
Miércoles, 5 de abril 2017, 00:11
Entre los diferentes grupos de la oposición de Aller la impresión es unánime, hasta en los términos usados: «Esto es una situación insostenible». Se refieren a la generada tras el anuncio de apertura de juicio oral contra el alcalde, David Moreno -por un presunto caso de prevaricación-, el inicio del expediente de expulsión del PSOE (al no renunciar al acta de concejal), y la solicitud de baja del partido del resto de ediles socialistas -un total de cinco- al considerar que el regidor es inocente. Ante este escenario, las diferentes formaciones políticas del Pleno ya hablan de «negociar» para apartar al alcalde del cargo.
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Eso sí, todos los partidos se muestran muy cautos antes los próximos acontecimientos. Y es que primero se tiene que hacer efectiva la expulsión de David Moreno del PSOE, tal y como ha anunciado la Federación Socialista Asturiana (FSA). Después, quedaerá por concretar que el resto de ediles de este grupo pasen a ostentar la condición de no adscritos tras su renuncia a la militancia. «Tenemos claro que hay que ser muy respetuosos con la justicia, y que David Moreno no ha sido condenado por juzgado alguno por prevaricación; pero es que ha sido expulsado de su propio partido en función de un código ético interno. Es una situación política que no se sostiene. Está obligado a renunciar al cargo», afirmaba ayer la portavoz de Izquierda Unida, Marián Iglesias. ¿Y si no lo hace? «La nuestra es una formación asamblearia y habrá que decidir nuestra postura entre los afiliados. También habrá que hacer una consulta a la dirección regional de IU, pero habrá que negociar con el resto de partidos de la oposición una solución al problema».
Mientras, continuaba Iglesias, la pelota sigue sobre el tejado del PSOE. «Pido cordura a los socialistas para que presenten un candidato alternativo ya que fue la lista más votada en las últimas elecciones». De hecho, aboga por un gobierno de izquierda, «que fue lo que quisieron los vecinos, pero no un gobierno de no adscritos».
Para analizar esta situación se reunió anoche el PP. El portavoz de la formación, Antonio del Peño, señaló que esta situación, con un alcalde «en rebeldía de su propio partido», obliga a la oposición a tomar cartas en el asunto por lo que propuso un gobierno de «emergencia democrática», tras una moción de censura, para echar a Moreno del cargo.
«¿Cómo pueden confiar los vecinos en un regidor que no cumple ni con el propio código ético de su partido y que él mismo firmó?». Señala que es tiempo de «pensar en los vecinos y de dejar de lado los planteamientos políticos de cada grupo para llegar a un acuerdo». El portavoz de Foro, Pablo González, coincide en que la situación es «insostenible, pero cualquier solución política pasa por un acuerdo previo entre PP e IU». Se refiere así la aritmética del Pleno, ya que hacen falta nueve votos para la moción de censura, y PP e IU suman siete.
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