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MARTA VARELA
Martes, 31 de enero 2017, 01:25
La localidad allerana de Casomera enmudecía de dolor a la hora de dar su último adiós a uno de sus vecinos, Fidel Mejido González, «un neñu muy risueñu y cariñosu», recordaban en el pueblo. Mejido González, de 31 años, fallecía el pasado sábado en un fatídico accidente mientras participaba en una cacería en el concejo de Quirós. Se cree que una bala perdida terminó con su vida tras impactar contra él y quedar alojada en su pecho. La Guardia Civil continúa investigando lo sucedido.
Cientos de personas arropaban a su familia en el último adiós al joven en su localidad natal. Ni sus vecinos, ni quienes fueron sus compañeros en el colegio El Pilar de Pola de Lena, ni quienes salían con él de caza faltaron a una cita a la que nunca hubiesen querido asistir. Al igual que su familia, Mejido era una persona muy querida. Todos conocían su pasión por la caza y sus compañeros de cuadrilla indicaban que era un cazador experto. Y coincidían en que había perdido su vida en un fatal accidente.
Los restos mortales fueron despedidos en un funeral al que asistieron cientos de personas y después recibieron cristiana sepultura en el cementerio de esta localidad
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