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El alcalde de Aller, David Moreno, en su despacho en el Ayuntamiento en Cabañaquinta.

«Yo aguanto todo lo que me echen, pero han hecho sufrir a mi familia»

alcalde de Aller

Alejandro Fuente

Sábado, 20 de junio 2015, 01:02

Tras los pasados comicios municipales, el de Aller es uno de los ayuntamientos más fragmentados de las cuencas. Los 17 concejales se reparten entre las formaciones ya presentes -PSOE, PP, IU y Foro- y las dos nuevas, como son Somos y los independientes, una escisión de los socialistas. De hecho, David Moreno logró la investidura con el único apoyo de los seis ediles del PSOE, tras fracasar la oposición en la negociación de un pacto para desbancarlo de la Alcaldía.

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Con la nueva configuración de la Corporación, ¿cómo se presenta este mandato?

Gobernar siempre es complicado y estando en minoría es una complicación extra. Pero la experiencia, el conocimiento del territorio y un tejido asociativo bien apuntalado van a facilitar las cosas. Al final, un gobierno en minoría gobierna en coalición con los vecinos.

Pero los ciudadanos no votan en los plenos ni suman mayorías necesarias.....

Pero lo hacen cada cuatro años. Podrán ver quiénes apoyan sus propuestas en esos plenos y quienes no. Pero bueno, sí, va a ser un mandato complicado. También parecía que lo iba a ser el mandato anterior y fue más tranquilo.

Para la gobernabilidad, ¿buscará acuerdos con todas las formaciones?

Así lo hicimos en los cuatro años anteriores. Y sí, voy a hablar con todos los concejales, de cualquier formación.

¿Cuáles son las prioridades de su gobierno?

Esperamos que mejore un poco la situación económica, pero vamos a seguir apuntalando los servicios públicos, sobre todo en los núcleos rurales. Especial interés va a tener el empleo; hay que sacar adelante los parques empresariales de Corigos y Cabañaquinta y traer empresas que generen puestos de trabajo. El turismo va a jugar un papel importante, como hasta ahora, generador de riqueza y de empleo, eso no lo puede dudar nadie. Y la política social va a ser uno de nuestros pilares fundamentales.

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Habla del turismo, pero se trata de un sector muy estacionalizado.

Hemos hecho muchas actuaciones para desestacionalizarlo y tienen un crecimiento progresivo, como nuestra red de senderos.

La estación invernal Fuentes de Invierno, ¿precisa de impulso?

Sí, y hay una hoja de ruta trazada. Hay que modificar la declaración de impacto ambiental que permita su uso fuera de la campaña blanca, siempre con actividades compatibles con nuestra riqueza natural. Y es una prioridad el crecimiento de la estación, su conexión con San Isidro y la electrificación del equipamiento. Va a ser posible, aunque haya que poner en marcha un largo y complejo proceso administrativo. Pero con voluntad política, se puede hacer, y hasta ahora la hubo en la Junta General.

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Lo que ya no depende de la gestión política es la homologación, que se ha truncado...

Eso depende de las federaciones, pero tiene un componente político importante. Si hoy se requiere de un ancho mayor de pistas, es el gestor el que tiene buscar la solución. Eso ya está pedido y se reclamará al próximo Gobierno regional.

La última fase del mandato, ¿ha sido dura?

Durísima.

¿Cuántas imputaciones acumula?

Cuatro.

Siempre ha dicho que son denuncias políticas.

Lo son. Nadie me ha acusado de robar un euro, ni de sustraer ni malversar en beneficio propio. Eso es una muestra de mi honradez. Y se ha puesto el acento en auténticas minucias administrativas, que lejos de buscar justicia han buscado ajusticiarme políticamente.

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Cuando la Fiscalía ha tomado cartas en el asunto, ¿no quiere decir que algo se ha hecho mal?

La Fiscalía ha cogido todo lo que ha llegado. La información ha llegado sesgada.

¿Que haría si llegara a abrirse juicio oral?

Habrá que decidir en ese momento.

¿Dimitiría?

Partido a partido. Lo que sí voy a hacer es defender mi inocencia hasta el final. No se me imputa ningún caso de corrupción.

¿Ha flaqueado?

En política no vale todo. Hacen daño cuando ves a la familia sufriendo por ti, pero yo aguanto lo que me echen. En este año y medio he comprobado que tengo un umbral de aguante que no conocía. Tengo una vocación de servicio público que no va a minarla nadie y menos con injurias y falsedades.

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