Una carretera que se resquebraja

Parecen arañazos de una bestia enorme, pero son las grietas que los movimientos del terreno están provocando en la carretera de Columbiello. Allí los problemas se han agravado con las lluvias de este año y los vecinos temen que la vía pueda venirse abajo en cualquier momento.

En realidad, los problemas se remontan a hace más de dos décadas, cuando se detectaron los primeros hundimientos, aunque el momento más dramático se vivió en 2000, cuando se cayó el puente romano que unía Columbiello con Vega del Ciego. Hoy, la pasarela que se levantó para sustituirlo vuelve a estar en riesgo después de que se hayan registrado argayos en los puntos en los que se apoya.

En la carretera, las grietas se ensanchan día a día. Los técnicos municipales han estado realizando mediciones en las últimas semanas, colocando marcas en algunas de las gritas para comprobar la rapidez con la que se deteriora la calzada, y se han enviado los resultados a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, responsable de esta vía que discurre en paralelo al río Lena. «Se empezó a agrietar con los camiones de la variante, y ahora va a pasos agigantados», cuenta uno de los vecinos afectados, David Morais.

En algunas de las grietas puede hundirse la base de un paraguas o un bastón. «Cualquier día se vendrá abajo», advierte.

No es el único problema de una vía llena de baches. «Esto está lleno de charcos y cuando nieva o hiela te matas», cuentan Susana Cosío e Imelda Fernández, dos habituales paseantes de la zona. «Esto está hecho polvo», aseguran. Los vecinos están recogiendo firmas para pedir a las administraciones que le pongan solución al problema.