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MARTA VARELA
Lunes, 13 de octubre 2014, 00:57
El convenio que ha posibilitado que la Guardia Civil disfrute en Langreo de un nuevo acuartelamiento, después de tres años de bloqueo, no prevé la demolición que del antiguo edificio, una operación que a la Sociedad Mixta de Gestión y Promoción de Suelo (Sogepsa) le interesa acelerar para poder llevar a cabo la construcción de viviendas y que podría suponer una nueva brecha en las relaciones con el Ministerio del Interior. El Ayuntamiento de Langreo tiene claro que el antiguo cuartel debe ser demolido por motivos de seguridad. Ayer lo volvió a decir la alcaldesa, María Fernández, delante de vecinos, representantes políticos, mandos policiales, judiciales y el propio personal del acuartelamiento langreano. «Estamos trabajando a diario para que el viejo cuartel sea derribado a la mayor brevedad posible».
Fernández acudió a la celebración de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil, y agradeció a los agentes que lograsen «trabajar durante tres años en una situación de penuria en las anteriores instalaciones sin que mermase la calidad y la eficiencia de su trabajo diario».
El trabajo municipal se centra en «encontrar formas jurídicas adecuadas que permitan seguir adelante con el expediente de ruina» como paso previo al derribo. Actualmente el antiguo acuartelamiento se encuentra tapiado y su fachada, ante la caída de cascotes, continúa asegurada por una malla que protege a los vecinos que transitan a diario por la acera.
A nadie se le escapa esta imperiosa necesidad, que la propia regidora trasladó al ministro de Interior, Jorge Fernández, en su reciente visita a este concejo. Le pidió acuerdos para que la demolición se produzca en el menor tiempo posible y el titular de Interior aseguró que tomaría nota. Jorge Fernández apuntó que, de no llegar a un acuerdo con Sogepsa, el derribo «lo determinarán los tribunales». Meter la piqueta para acometer estos trabajos cuesta unos 200.000 euros. A la precariedad del viejo acuartelamiento también aludió el párroco en la homilía, en la que también quiso reflejar la alegría de todos por poder celebrar la fiesta en el nuevo emplazamiento.
Nuevo comisario
Jorge Pérez González es desde el primer trimestre de este año el nuevo comisario jefe del acuartelamiento langreano. Llegó proveniente del País Vasco, por petición personal, donde desarrolló la mayor parte de su carrera desde su ingreso en el cuerpo en 1982. Ayer hacía su presentación ante los ciudadanos, representantes vecinales, sociales y políticos. Acto que sirvió, además, para reconocer el trabajo, imponiéndole la Cruz Orden del Mérito, al teniente Carlos Manuel Fernández Ginzo.
Pérez González confirmaba la baja tasa de criminalidad de la comarca, y agradecía a «todos los que, de una manera u de otra, han posibilitado que podamos gozar de este nuevo, funcional y moderno acuartelamiento». Ésta es la primera vez desde hace más de diez años que la Guardía Civil de Langreo puede celebrar los actos en honor a su patrona, la Virgen de El Pilar, en el patio del cuartel, donde tradicionalmente se realizaba, pero que debido al deterioro del anterior emplazamiento se suspendió y se realizaba fuera de él.
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