Protesta contra el cierre de los economatos.

Los economatos seguirán abiertos

Sadim, la filial de la hullera pública dedicada a la diversificación, participará en la empresa encargada de distribuir los alimentos en estos centros

Alejandro Fuente

Sábado, 17 de mayo 2014, 14:54

El acuerdo alcanzado entre las centrales sindicales y Hunosa da un respiro a las trabajadoras de los economatos, ya que éstos seguirán abiertos, al menos, durante cuatro años más. «Están muy satisfechas con la noticia recibida. Se partía del cierre inminente de los establecimientos y parece que tienen garantizado el empleo hasta 2018», dijo ayer Piedad Martínez, de la asociación Amas de Casa de Turón, agrupación que inició la movilización social contra el cierre, iniciativa que se extendió por las Cuencas.

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En detalle, el acuerdo firmado incluye la promoción industrial, que constituye otro de los apartados del Plan de Empresa. Por eso, se quiere potenciar el papel de Sadim, la filial de la hullera pública dedicada a la diversificación minera, y buscar un compromiso para financiar con 18 millones de euros proyectos generadores de empleo y asentados en las comarcas. Una parte importante de la promoción concierne a los economatos: Sadim Inversiones impulsará y participará en el proyecto empresarial que se instale en las Cuencas para llevar a cabo la distribución alimentaria en estos centros.

La intención es que se consolide un proyecto empresarial con la participación de Hunosa que permita la actividad económica, el mantenimiento del empleo y preservar el patrimonio inmobiliario de la empresa. «Es algo que creemos que se debe aclarar, si esto significa la participación de una empresa privada», señalaba Martínez. Cabe recordar que, hasta ahora, la gestión de los economatos estaba en manos de Lacera.

La intención inicial de la hullera era cerrar los catorce economatos que aún se encuentran en funcionamiento (Mieres, Sama, Ciaño, Sotrondio, Pola de Lena, Moreda, Pola de Siero, Barredos, Bimenes, El Entrego, La Foz de Morcín, Ujo, Carbayín y Turón). El objetivo de la compañía era vender estos establecimientos y evitarse el coste de su mantenimiento.

Pero desde Turón y, después, desde el resto de localidades con alguno de esto centros surgió una movilización ciudadana en forma de protesta semanal contra la medida, contra la decisión de echar el cierre. Entre los motivos esgrimidos por los participantes destacaban el mantenimiento de los puestos de trabajo y que se trata de uno de los elementos de la cultura minera.

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Pero también había argumentos más prácticos. «Si cierran el economato, no sé dónde podré ir a hacer la compra, no tengo coche ni medios para ir a otro sitio», comentaban algunos vecinos en las protestas. «El cierre supondría la pérdida de cientos de empleos en las comarcas mineras, zonas ya bastante castigadas, mucho antes del comienzo de la crisis», manifestaba entonces Marcelino Sánchez, portavoz de la Asociación Vecinal Clarín de Laviana.

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