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LUCÍA LÓPEZ PÉREZ
TRASONA.
Lunes, 14 de agosto 2023, 01:31
Hace casi medio siglo que los vecinos de Trasona le declararon la guerra al ruido que coches y camiones generaban a su paso por la autovía AI-81. Unos ruidos que hace poco más de un año el Ministerio de Transportes decidió mitigar entre ... los kilómetros 1,680 a 4,950 en los que se pueden ver algunas de las pantallas acústicas que ya han pasado a formar parte de la geografía de la localidad.
Pero pese a que la lucha ha sido incesante y se sienten agradecidos porque se haya intentado poner una solución, los vecinos de Trasona no ven suficiente la medida o, al menos, no la consideran demasiado eficaz. La mayoría prefiere mantenerse cauto y ver la obra totalmente acabada, pues tras la instalación de las pantallas y el asfaltado, queda reducir la velocidad de 120 a 80 kilómetros por hora en este tramo, algo en lo que confían que reduzca de forma considerable el ruido que notan en sus hogares. Hasta ahora, buena parte de los vecinos coincide en que «se sigue notando».
Es el caso de Isabel Rubio, cuya casa está frente a la iglesia de San Vicente y se encuentra muy cerca de la autovía. «Los ruidos los notamos igual a cuando no estaban puestos los paneles», asegura. Ella cree que «a lo mejor con que se hubiese asfaltado la carretera bastaba» porque las pantallas «hacen muy feo».
Y es que la estética no solo preocupa a esta vecina, sino que Maruja García, dependienta de un ultramarinos, asegura que los paneles «quitaron mucha vista, vivo en un primero y no veo nada. Parece que la zona, cuando pasas por aquí, está como atrapada». Ella es una de las pocas afortunadas para las que «el ruido nunca fue un problema, ni antes de que lo arreglaran», ya que su vivienda dispone de ventanas con insonorización. Pese a ello, «notar se nota, sobre todo cuando estás fuera».
No es así el caso de su vecina María Isabel Chacón, quien agradece la instalación de las pantallas. «El ruido disminuyó y se nota. En el barrio apenas se escucha», atestigua. Una posición que Arturo Montoya, vecino de la misma zona, también comparte, pues él sí ha percibido que «hay menos ruido», especialmente por la noche. «Se oían muchos camiones y con las pantallas y el cambio del aglomerado, que antes era de hormigón, se nota que ha bajado».
En el lado contrario, Rosi Rodríguez, de la asociación Sofetra, afirma no notar ninguna diferencia respecto a la previa instalación de los paneles. Ella vive en el otro lado de la autopista y asegura que «estamos muy altos» respecto a los paneles, por lo que cree que la insonorización se siente menos. Pese a ello, las labores de asfaltados sí que redujeron el sonido de los camiones y los coches, algo que «notas cuando vas con el coche por la autopista». No obstante, «sigo levantándome a las cinco de la mañana todos los días por el ruido». Esta es un prueba de que «por sí solas, las pantallas hacen poco», aunque su esperanza sigue puesta en el fin completo de las obras.
A Isidro Lombardía el sonido de los coches nunca le molestó porque «hace más ruido esta carretera», dice señalando a la avenida Gijón. Menos ahora «que estoy un poco sordo», aunque la estética que las pantallas dejan a la localidad no le acaba de convencer. Para él el problema no es tanto de las vistas, pues asegura que «poco hay que ver», sino de los grafitis que varias personas hicieron días después de su instalación. Estas pintadas son uno de los motivos por los que Isabel Rubio y la mayoría de vecinos consideran los paneles «feos».
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