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gloria pomarada
Martes, 17 de diciembre 2019
La intervención de un jubilado de Parres, una voluntaria de Protección Civil de Piloña y un bombero de Cangas de Onís ha evitado este mediodía que un argayu caído sobre la N-634, en el kilómetro 350,2 a la altura de Soto de ... Dueñas, acabase provocando una desgracia. En torno a las 12.30 horas, José Luis Iglesias, vecino de 66 años de esa misma localidad parraguesa, circulaba por la vía junto a su mujer, en dirección Infiesto, cuando se toparon con el desprendimiento, que en ese momento ocupaba un carril. Sin dudarlo, Iglesias se enfundó el chaleco reflectante y comenzó a alertar al resto de conductores del peligro. A él se sumó Maite Ruiz, voluntaria de Protección Civil de Piloña que se dirigía a una consulta de fisioterapia. Cada uno a un lado del argayu y ayudados más adelante por un bombero de Cangas de Onís fuera de servicio se encargaron de indicar a decenas de vehículos que redujesen la marcha para sortear el desprendimiento, utilizando la explanada del desvío de Cúa y Sorribes.
Así pasaron una hora a la espera de que a la zona llegasen efectivos, en un tramo con abundante tráfico y en curva. «No es normal que pase esto, avisamos al 112, pero me fastidiaba dejar esto aquí. Me toca a mí ponerme de controlador de tráfico, es surrealista», señaló Iglesias. En todo ese trance, a las 13.20 horas uno de los árboles afectados por el desprendimiento acabó cayendo y cortando los dos carriles, mientras continuaban circulando numerosos coches, camiones, autobuses e incluso ambulancias.
Los primeros en llegar al lugar del incidente fueron los voluntarios de Protección Civil de Piloña, que señalizaron el tramo. A las 13.39 horas aparecían los operarios de Carreteras, procedentes de Gijón según indicaron, y que se encargaron de talar los árboles dañados, de grandes dimensiones. A las 13.48 horas se desplegaba en la zona la Guardia Civil de Arriondas, que colaboró en la regulación del tráfico hasta la instalación de semáforos y señales.
«Ahora ya estoy tranquilo», expresó José Luis Iglesias tras la hora de tensión vivida, insistiendo de nuevo en que «no fue normal» la demora, pues los tres vecinos que decidieron parar para evitar un accidente «somos unos ciudadanos más y no estamos para regular el tráfico».
Además de ese incidente, las lluvias de las últimas horas en el Oriente han provocado argayos de menor tamaño en el mismo concejo parragués, en Lastres, en la carretera de Següencu y en la pista del Dobra, en Cangas de Onís, así como inundaciones en La Loja, en Peñamellera Baja.
En Villaviciosa, el temporal ha vuelto a provocar varios argayos en diferentes puntos del concejo. El desprendimiento más importante se ha producido en la camino de El Molín, en la parroquia de Quintueles, donde la caída de tierra, árboles y rocas ha cortado la vía haciendo imposible la circulación. Fueron los vecinos quienes dieron el aviso por la mañana. La Policía Local ya ha procedido al cierre de la misma para evitar posibles accidentes.
En Tazones los vecinos también se han despertado con una nuevo derrumbe en una zona cercana al argayo que el pasado noviembre obligaba a desalojar varias viviendas y establecimientos. En esta ocasión, el desprendimiento, de menor escala, solo ha causado daños en contenedores y una pequeña estructura de madera.
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