Guía de turismo de aventura. Miguel Pérez prepara, junto a Manuel Díaz, las canoas de su empresa, en San Tirso de Abres. FOTOS: ANDREA ARRUÑADA

El temor a un brote en el occidente lastra las reservas

Los negocios sufren un «bajón» después del fin de semana tras el cierre de la comarca lucense y notan una tendencia a quedarse en casa

ANDREA ARRUÑADA

SAN TIRSO DE ABRES.

Miércoles, 8 de julio 2020, 02:18

A las hermanas Ana y Carmen Mayo el cierre del límite asturiano con Galicia les ha trastocado sus vacaciones. Hace tres días partían de Soto de Luiña (Cudillero) para completar alguna etapa del Camino de Santiago. Ayer, ante la imposibilidad de cruzar a pie los ... 14 concejos lucenses confinados, decidieron coger un autobús en Figueras (Castropol) de vuelta a Segovia. «Nos enteramos por otro peregrino. Algunos continúan en taxi, pero preferimos cambiar de planes», relataban a su paso por Tapia.

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Los que se quedan extreman las precauciones: pasan más tiempo en casa y dedican menos al ocio. Una decisión que se empieza a notar en el bolsillo de los negocios. El hostelero tapiego, Santiago Fernández, gerente del restaurante El Álamo, solo tiene una palabra para definir el momento actual: «Incertidumbre». «Después del fin de semana ha habido un bajón, al final estamos al lado». No se quita de la cabeza las consecuencias de un nuevo cierre, lo que sería la «puntilla» para más de 30 años de trayectoria. Aun así, anima a «ir viviendo el día a día».

En la empresa de aventura, Cientovolando, han tenido que separar radicalmente el material de su sede en San Tirso de Abres y Ribadeo (Lugo) para seguir prestando servicio a ambas orillas del Eo. «La gente está asustada, dan largas», explica el gerente, Miguel Pérez. Le han cancelado dos tours acuáticos con 15 y 8 personas previstos para hoy. De hecho, afirma que los turistas han salido «escopetados» de la localidad gallega. «Hace un año llevaba a 68 pasajeros. Ahora, las reservas han caído un 90%».

Incluso los locales con productos de primera necesidad, como la panadería La Empedrada, en Vegadeo, han notado la merma. «Los que trabajan en A Mariña ni salen, tampoco los mayores.», comenta Nuria Iglesias al otro lado del mostrador. Con el foco tan cerca, «no se habla de otra cosa».

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