Uno de los estudiantes, haciendo la prueba. DAMIÁN ARIENZA

Nervios, calor y mascarillas al inicio de la EBAU

4.975 estudiantes asturianos se enfrentan a la prueba de acceso a la Universidad en una convocatoria que la vicerrectora de Estudiantes Elisa Miguélez ha calificado de «inusual» ya que la pandemia del coronavirus ha obligado a planificar «muy rápidamente» los exámenes

OLGA ESTEBAN / LUCÍA R. LORENZO

Martes, 30 de junio 2020, 17:27

«El Palacio de los Deportes de Oviedo es el lugar donde más alumnos diferentes van a pasar, cerca de mil. El máximo número de estudiantes que se juntará aquí son 630 en alguna de las asignaturas». Así lo ha indicado la vicerrectora de ... Estudiantes de la Universidad de Oviedo, Elisa Miguélez, en la sede de alumnos de turno libre para realizar las pruebas de acceso a la Universidad (EBAU). Estas declaraciones las ha realizado esta tarde al comienzo del examen de Lengua Castellana y Literatura II a las 15.45 horas. Esta prueba, ha indicado, durará hora y media, después tendrán tres cuartos de hora de descanso y a continuación realizarán el examen de Historia de España II.

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Para realizar los exámenes, ha recomendado que mantuvieran la mascarilla. «Pero con la distancia de seguridad hay espacio suficiente y pueden tenerla quitada siempre y cuando no se muevan, no se levante o no pidan alguna explicación a un profesor y se acerque, en ese momento deberían ponérsela», detalla. Sobre los estudiantes, ha expuesto que estaban «tranquilos, sentados y han empezado el examen en silencio».

Por otro lado, ha recordado que en el caso de que llegase algún alumno con fiebre o con síntomas se le aislaría. «Si algún alumno nota que tiene síntomas y de una manera muy coherente no ha venido al examen, nos lo comunicará, nos lo acreditará y entonces le permitiremos presentarse a la convocatoria extraordinaria y lo contabilizaremos como fase ordinaria. Eso es importante de cara a la admisión en los estudios con notas de cortes altas», explica.

Antes del comienzo de estas pruebas se produjeron protestas de familias en Avilés y en Oviedo porque «no se tomaron medidas en los accesos como el distanciamiento, ordenarlos en filas» y los estudiantes «se arremolinaron en la entrada». Por su parte, Miguélez ha señalado que en Avilés «estaban siguiendo más o menos el protocolo que había. Me transmiten que no ha habido ninguna incidencia como en ediciones anteriores y que todo transcurre con total normalidad».

Ante la pandemia generada por el coronavirus, ha destacado que es «una convocatoria absolutamente inusual, marcada por las circunstancias que hemos vivido no solo en España, sino también en todo el mundo. Nos ha obligado a planificar muy rápidamente esta EBAU, con mucho menos tiempo de que es habitual, y a buscar lugares en los que los estudiantes estuvieran cómodos y seguros».

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«Se ha notado este final de curso»

En Gijón, a las cuatro menos cuarto de la tarde se hacía un silencio absoluto en el Palacio de Deportes. Cientos de estudiantes han convertido la cancha y algún espacio más en una inmensa aula para la celebración de la EBAU. Todos sentados, mascarillas puestas, pelo recogido, mochilas en el suelo, relojes encima de los pupitres y empezó el reparto de los exámenes.

Es una jornada de selectividad distinta, marcada por el coronavirus y las medidas de seguridad obligadas, así como la elección de nuevas sedes por parte de la Universidad de Oviedo, que permitieran garantizar dichas medidas, esepecialmente la distancia de al menos metro y medio entre estudiantes.

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Estaban convocados muy pronto. De hecho, el primer grupo ha entrado a las dos y cuarto. Con la ayuda de voluntarios de la Universidad, divididos en grupos y en distintas entradas, con intervalos de 15 minutos y en riguroso orden de lista de cada instituto o colegio, los estudiantes han ido accediendo al interior.

El Palacio de Deportes es una de las sedes en las que durante la tarde de hoy se celebra la primera jornada de esta selectividad, a la que se han inscrito un total de 4.975 estudiantes, casi mil más que el año pasado. Sin duda, «se ha notado este final de curso, que seguramente más estudiantes han pasado», ha admitido el propio rector, Santiago García Granda, que ha visitado algunas de las sedes para comprobar que todo estaban funcionando correctamente.

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Sobre si la elección de las instalaciones ha sido o no la acertada, Granda asegura que eso se valorará el jueves, cuando la EBAU finalice, pero de momento «todo está funcionando bien».

Lo que no ha acompañado a los estudiantes esta tarde es el calor. En el Palacio de Deportes llegaba a ser sofocante. Si a eso se le suma la mascarilla, «es lo más incómodo», admitía Andrés Varadé, alumno del IES Jovellanos, tan solo unos minutos antes de mostrar su identificación para acceder a la prueba. «Muy nervioso», como la mayoría de sus compañeros, cree que hubiera estado igual en condiciones 'normales', esto es, sin COVID-19.

Andrés, con Celia y Lucía, esperaba en la puerta del Palacio de deportes desde las dos de la tarde, dispuestos a hacer las pruebas de Lengua y de Historia. Mañana llegará el turno de Matemáticas e Inglés.

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«Es un motivo más de nervios»

También de la mascarilla hablaba Elena Coto antes de entrar a la sede de la EBAU en Langreo. Nueve centros de la comarca del Nalón se concentraban allí. Habían sido convocados unos 260 alumnos, de los que acudieron 204. Mascarillas preparadas por si a alguien se le había olvidado y gel hidroalcohólico en cada rincón. Elena decía tener «respeto» a la mascarilla. Hacer las pruebas con ella puesta no se presentaba tarea fácil. «Es un motivo más de nervios». Carla Amigo se centraba en lo positivo, en esta «carrera de fondo que llevamos años preparando para no fallar hoy». No han sido meses fáciles, admitía Inés Fonseca. «Han sido duros, porque nos cambió toda la rutina». Todos confiaban en que la opcionalidad que se ha incluido este año en los exámenes les beneficie. El rector cree que así será, que ayudará a que «saquen buenas calificaciones».

Vídeo. Arranca la convocatoria más atípica de la EBAU

En el IES Avelina Cerra de Ribadesella son 160 los alumnos del Oriente que este martes comienzan los exámenes, una cifra superior a la de años previos. Los estudiantes comenzaron a acceder al centro a las 14.45 horas, de forma escalonada y divididos por cada uno de los cinco centros de la zona: el propio instituto de Ribadesella, el de Llanes, el de Infiesto, el de Cangas de Onís y el de Arriondas. Voluntarios de la Universidad de Oviedo se encargaron a la entrada de comprobar el uso de la mascarilla, así como de suministrar gel hidroalcohólico. Una vez dentro, los circuitos marcados en el suelo les condujeron a cada una de las tres salas habilitadas para la prueba: el gimnasio, el salón de actos y un patio interior. «Qué agobio», fue la primera impresión de algunos jóvenes al ver el lugar donde deben realizar la EBAU. El protocolo motivado por la Covid-19 fue de hecho más motivo de nervios que el propio examen para alumnos como Santiago de Con, del IES de Infiesto. «Estoy más nervioso por las normas de entrar que por el examen», contó el joven, que planea estudiar Educación Física. «Necesito un 9 en León y un 8,5 en Galicia. Llevo un mes preparándolo y creo que el coronavirus igual nos benefició porque mejoró un poco la nota media», confesó. En cuanto al estudio a distancia, la asignatura «más complicada de preparar fue matemáticas, porque al fin y al cabo lengua e historia son de estudiar», dijo. Distinta percepción manifestó Olaya Fernández, del IES Rey Pelayo de Cangas de Onís. «La más difícil fue historia de España. Este año fue todo diferente, pero yo llevé bien lo de estudiar por mi cuenta», contó la joven, que estudiará Lenguas Modernas en la Universidad de Oviedo. «Con lo de bachillerato ya tengo la nota, así que vengo a jugar», bromeó.

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(En esta información ha participado también Marta Varela y Gloria Pomarada)

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