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El brote de COVID-19 declarado el pasado viernes en Ribadesella provocaba esta mañana un nuevo cierre hostelero. Se trata del Abareque, establecimiento ubicado en las inmediaciones de la Taberna del Escribanu, uno de los primeros focos del brote riosellano. Según indicó la propia gerencia del Abareque en redes sociales, estos días se sometió a la totalidad de su plantilla a la prueba PCR y tras dar positivo uno de sus trabajadores decidieron «como medida preventiva y hasta que Vigilancia Epidemiológica se ponga en contacto con nosotros para estudiar nuestro caso». El empleado, agregaron, «es asintomático y ya se encuentra en cuarentena».
«Esperamos estar de nuevo con vosotros de nuevo a la mayor brevedad», dijeron los propietarios. Y agregaron: «Cuidémonos y seamos ética y socialmente responsables con nuestra salud y la de nuestros clientes».
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