«Es frustrante tratar con un robot, sobre todo para los mayores»

El chatbot, el robot que cita para vacunar, sigue siendo fuente de problemas. Septuagenarios que estaban esperando a ser llamados a partir del 5 de abril para ser inmunizados han tardado semanas en recibir una solución. Así lo pone de manifiesto Rosa G. G., de 78 años -camino de cumplir los 79- y vecina de Oviedo, que comparte, como muchos, las quejas por «la falta de criterio que hay» para la inoculación de la vacuna y que provoca su extrañeza por no ser llamados en el periodo previsto. En el caso de Rosa, que padece una patología respiratoria, al ver que el Sespa citaba a población algo más joven, sus hijos empezaron a moverse para comprobar que todos los datos eran correctos. Llamaron al número del robot y la grabación les indicó que el teléfono de la madre no figuraba en la base de datos. Ante esa respuesta y para subsanarlo, Rosa se dirigió al día siguiente al centro de salud y aportó su número móvil, porque solo figuraba el fijo.

Pasados unos días, extrañada de no recibir noticias, volvió a telefonear y «el robot dijo lo mismo». De nuevo, vuelta al centro de salud para una nueva comprobación y aportar los datos. Viendo después que pasaba el tiempo y que seguían recibiendo la vacuna usuarios más jóvenes, la familia decidió enviar un mail al correo de incidencias, del que no recibieron respuesta. «Ni a ése ni a tres más enviados esa semana». Fue entonces cuando ya llamaron al teléfono general del coronavirus. «Nos indicaron que allí no disponian de historia clínica y que la citación tenía que ser a través del robot». A la vista de las quejas recibidas, una de las administrativas les indicó el martes que «se sentían impotentes ante el aluvión de llamadas que estaban recibiendo. «De nuevo, un quinto envío al mail de incidencias y ya entonces la citaron el jueves para ser vacunada en el HUCA. Llegué a llamar 50 veces y no me daban una solución; es frustrante que te atienda una máquina», indica después de casi tres semanas de espera.

Por similares circunstancias pasan varios vecinos del Area IV de Salud, en Oviedo, con edades superiores a los 70, que siguen aguardando la llamada para para inocularles la vacuna. En algunos casos concretos se han producido incómodas incidencias con el mail habilitado para plantear dudas sobre el proceso de vacunación, dándose el caso de correos enviados con datos personales que vuelven a ser requeridos en la respuesta automática. Mayores de 70 años llevan en sus domicilios pendientes del teléfono desde el 5 de abril esperando la convocatoria.

En la capital, otra mujer, M. R. A., de 76 años, relata que, tras ofrecer al robot su DNI y año de nacimiento, se despedía con 'un gracias por haber llamado al teléfono de información' y se cortaba. Desde entonces, silencio. Su familia también se ha visto obligada a recurrir al servicio de citaciones del HUCA y, finalmente, ha sido citada para mañana.

Ante la constancia de este tipo de problemas, desde el área sanitaria VI (la de oriente), se envió un mail a principios de semana a residencias y centros educativos en el que se advertía de que «de cara a corregir posibles errores que se generen en el robot», se necesitaba saber cuánta gente menor de 60 años (incluyendo los de 59 que cumplan 60 este año) estaría pendiente de vacunación sin cita asignada y ya estuvieran incluidas a través de la plataforma».

En el caso de los docentes, el viernes recibían un mail que instaba a los centros a que registraran en la aplicación tanto al personal docente como no docente. Una petición que generó malestar al señalar que «vuelven a responsabilizarnos» después de que días antes se hubieran advertido posibles errores en la máquina.

En ese mail también se recordaba que todo el profesorado estará vacunado en dos semanas (9 de mayo). En el caso de los pertenecientes a Muface, se retrasarán unos días por «la necesidad de asignarles un código provisional del Sistema Público de Salud, proceso que debe realizarse manualmente para cada mutualista».

Los docentes reclaman que se les vacune por las tardes, a ser posible en viernes y sábado por si aparecen síntomas para evitar que por las mañanas los colegios tengan varios profesores fuera, recibiendo su correspondiente dosis, lo que dificulta la organización del centro y de los grupos burbuja.

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