Según el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, «lo más fácil sería cerrar Asturias», pero la «corresponsabilidad y experiencia» les lleva por la senda de incidir en las normas sanitarias básicas y no de aprobar restricciones que serían traumáticas desde el punto de vista económico. Al menos, de momento. «Salud y economía son variables que van de la mano y hay que mantener un equilibrio», apostilló Miguel Prieto. Así lo ha señalado durante la rueda de prensa en la que Salud ha anunciado que el uso de medidores de CO2 será obligatorio en gimnasios y negocios hosteleros.
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Tanto Rafael Cofiño como el jefe de Alertas y la gerente del Sespa subrayaron la diferencia entre la situación epidemiológica actual y la de hace un año para explicar por qué no se adoptan restricciones más severas. «Tenemos vacunada al 85% de la población. Y la situación no es la misma», coincidieron.
Se calcula que, de no existir ese porcentaje de vacunación, en el colectivo de entre 60 y 69 años -muy afectado ahora por esta sexta ola epidémica- habría 16 veces más personas hospitalizadas en planta y 23 más en UCI.
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