«Después de pagar todo, me quedan 40 euros en el banco para pasar las Navidades»

Entre ellos, estaba Yolanda Moriyón, propietaria de la cafetería Isla de Madeira, en la avenida de Portugal. Micrófono en mano y temblando por el nerviosismo y la emoción apeló al apoyo de la ciudadanía para luchar contra esta «catástrofe». «Hay que salir a la calle, hay que hacer presión». ¿Dónde están los camareros, dónde los comerciantes? Necesitamos ayuda. Mi regalo de Reyes será entregar las llaves de mi negocio al casero, porque no podemos seguir pagando 1.100 euros al mes de alquiler sin trabajar. ¿Qué será de nosotros? Sin trabajo y empufados», expresó.

El portavoz de HCC, Félix Marcos, agregó, que están cobrando «solamente el 50% de la base de cotización mínima (menos de 500 euros al mes), incluso hay compañeros que van a cobrar el 40% y esto es una vergüenza». Defendió que los hosteleros están pagando rigurosamente cada mes y no comprende «por qué se nos recorta la prestación». «Tienen que entender que son parte del problema y deben buscar una solución. Porque con trescientos euros y pico no se puede vivir», reprochó.

Los miembros de HCC volvieron a hacer hincapié en su «desvinculación» de la patronal Otea. En este sentido, aseguraron sentirse «abandonados por las instituciones; nos tratan como a niños». Mientras atronaba el ruido de la cacerolada, gritaron frases como «¿Dónde está doña Ana?», en alusión a la «ausencia» de alcaldesa de Gijón, Ana González. «Ya no pedimos que nos den dinero, por lo menos que se sienten a hablar con nosotros, que nos entiendan, que nos comprendan».

El colectivo exige la exoneración de gastos fijos como alquiler, luz, agua, internet y que «se cumplan los derechos de nuestros trabajadores, que en el anterior cierre tardaron demasiado en cobrar el ERTE».

Los representantes de Hostelería con Conciencia incidieron en que desde el primer día su posición ha sido acatar las normas sanitarias impuestas por el Gobierno del Principado. «No cuestionamos el cierre, pero no podemos seguir sin ayudas y pagando», apostillaron