Dijo el presidente de la patronal de los constructores asturianos (CAC-Asprocon), Joel García, que algunos planes urbanísticos «había que quitarlos o directamente quemarlos», que en los ayuntamientos de menor tamaño «lo único que hacen es entorpecer al ganadero que quiere hacer una cuadra, ... entorpecer a mi madre que quiere cambiar las ventanas o cosas así que no tienen mucho sentido». La réplica se la dio esta mañana el consejero de Ordenación del Territorio y Vivienda, Ovidio Zapico, cuando se le preguntó si estaba considerando «quemar» dichos planes.
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«Nosotros no andamos quemando nada, somos gente racional y tranquila», manifestó. «Los planes generales son una herramienta de planificación más que necesaria y debe seguir un procedimiento democrático y garantista», defendió. Eso sí, admitió que cumplir esos parámetros «no debería estar reñido con ser ágil».
Uno de los objetivos de la futura ley de ordenación (Loita) en la que trabaja su departamento con vistas a remitir el borrador a la Junta General el año que viene es precisamente «ser más ágiles en determinados procesos», recordó. Zapico defendió que los ayuntamientos sigan teniendo la competencia para decidir el urbanismo de su municipio pero sin que «las revisiones y las modificaciones se eternicen en el tiempo». Como ya dijera en relación al vial de Jove, las administraciones «deben responder en tiempos humanos y no en eras geológicas».
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