La Consejería de Ciencia también asumirá algunas competencias de Industria

La remodelación que prepara Barbón busca reforzar su gabinete para afrontar la segunda parte de la legislatura. Dos años que quedan por delante en la que Asturias tiene que enfrentarse a importantes retos: la crisis económica y social derivada por la pandemia de la covid; la reconversión industrial, unida a la transición energética; la sangría demográfica; la reforma de la Administración pública y la del Estatuto de Autonomía, que pretende incluir la oficialidad del asturiano y dotar a la región de más autogobierno.

Estos cambios afectarán, sobre todo, a la Consejería de Educación. El relevo de Carmen Suárez al frente de esta área es ya un secreto a voces. Las tensiones con los sindicatos casi desde el inicio y algunas controvertidas decisiones tomadas durante la pandemia, como es el modelo de semipresencialidad en las aulas, han llevado a la consejera a estar en el centro de la tormenta política, con dos intentos de reprobación en el Parlamento de por medio. Todos ellos no salieron adelante merced a los votos de PSOE, Podemos e IU.

La salida de Carmen Suárez llevará a más cambios en el organigrama de Educación. En primer lugar con la elección de la persona que la sustituya. Tirar de la 'cantera' de la consejería, es decir, poner al frente de la misma a alguien que forme parte del actual organigrama, o buscar un relevo fuera de la misma.Fuentes consultadas apuntan a la primera opción como la que, de mano, más agradaría al presidente.

Pero Educación no será la única consejería que se verá afectada por la remodelación de Gobierno. También la Industria, aunque en este caso no están previstos relevos, sino una reconfiguración del contenido de la misma. En principio, la idea del presidente es la de trasladar a Ciencia algunas de las áreas que ahora están en manos de la consejería que dirige Enrique Fernández. El Idepa será una de ellas.

La consejería que dirige Borja Sánchez está llamada a ser, dentro del organigrama que perfila el presidente del Principado, una pieza básica en su acción de gobierno para la segunda parte de legislatura. Esta consejería pasará a controla la futura Agencia de Ciencia, que estará a su vez ligada al Idepa, que además de la captación de inversiones también canalizará todos aquellos proyectos de I+D+i que puedan ser objeto de financiación pública.

Ciencia también podría asumir alguna área relacionada con la gestión de los fondos europeos destinados al impulso de la industria asturiana.