La confusión del fuego llega a las estadísticas oficiales, con datos incorrectos en el número de focos y sus causas

Entre 2011 y 2020 el porcentaje de focos de origen desconocida osciló entre un 8% y un 24% del total. En 2021 sube al 38%. En 2022 los datos aportados desde el SEPA disparan al 95% los incendios forestales cuya causa se ignora. En sentido contrario, entre 2011 y 2021 hubo un promedio de 807 incendios anuales que se dicen intencionados; en 2022 no habrían sido más de 28.

En la Fiscalía, que abre diligencias con los informes del SEPA, admiten un descenso en el número de procedimientos, pero no de ese calibre. Preguntados al respecto, en el SEPA indican que la información difundida sobre 2022 sería errónea. El conocimiento de las causas, explican, tarda más y llega cuando el departamento publica su memoria anual. Es una explicación plausible, pero conduce a nuevas confusiones.

La última memoria, cerrada en septiembre de 2022, cifra en 847 los incendios forestales de 2020, dato que asegura está consolidado; la información que el mismo departamento suministra a Sadei los eleva a 1.165. La memoria dice que en 2021 hubo 767 incendios, dato que en esta ocasión matiza es «provisional»; los números remitidos a Sadei eleva a 1.304 los focos, una diferencia del 70%. La estadística de incendios que Sadei y las memorias dan para cada año desde 1990 hasta 2019 sí coinciden.

Reflejar un número bajo de focos en las memorias altera el análisis que luego hace de las Brigadas de Investigación. En 2021 habrían estudiado 102 casos; es el número más bajo de su historia, pero se destaca que cubre el 12,8% de los fuegos, proporción mejor que otros años. Ese cociente sin embargo sería del 7,8% si se asume que el número correcto es el de Sadei y supondría la peor proporción de la serie. La memoria de 2020 asegura que aquel año se hicieron 169 informes, la memoria de 2021 corrigió esa cifra y le restó 20 informes.