Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, un ejemplo de «vocación de servicio público»

De este modo, Obdulio Díaz, inspector jefe de la Policía Nacional hasta su reciente jubilación, ha recibido una Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil por su trayectoria profesional y, en especial, por los 28 años en los que coordinó el dispositivo especial de seguridad con motivo de la entrega de los Premios Princesa de Asturias. «Con mucha ilusión, mucho orgullo y mucha satisfacción» por la condecoración, Díaz ha indicado que el mayor reto de coordinar el dispositivo especial de los Premios Princesa de Asturias lo afrontó en el año 1994, cuando coincidieron el primer ministro de Israel, Isaac Rabin, y el presidente de la autoridad nacional palestina y líder histórico de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Afarat, para recibir el premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. «Ese año fue el inicio de las Unidades de Intervención Policial (UIP) en Asturias y probablemente fue el mayor reto que tuvo la unidad», ha apuntado.

Fuera de aquí, el mayor desafío que hubo «fue el referéndum en Cataluña y posteriormente la sentencia del 'procés', con unos actos violentos conocidos por todo el mundo y que fueron un reto impresionante para la Policía. En aquel momento se dieron los incidentes de orden público más graves que he visto en mi vida», ha afirmado. Pero no queda ahí. Díaz vivió también «los peores años del terrorismo» en San Sebastián. Se inició en el año 1979 en la capital donostiarra y estuvo allí hasta el 1994, cuando vino a la Unidad de Intervención Policial. «Allí la situación era muy delicada, todos los días había algún atentado, algún muerto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o personal civil. Se pasaba mal, eran situaciones de mucha tensión y mucho estrés, más aún si tenías familia y tenías que vivir allí», ha explicado.

Por su parte, la inspectora de la Policía Nacional, Verónica Fernández, jefa del Grupo de la Brigada Provincial de Información, ha recibido una Medalla de Bronce de Mérito de la Protección Civil con distintivo blanco «por su trayectoria como negociadora en general» y, en concreto, por encarnar uno de los actos más heroicos de su profesión al evitar el suicidio de una adolescente en un instituto de Oviedo en diciembre de 2022. Sin su empatía, su capacidad de escucha y de comunicación, el desenlace podría haber sido nefasto. «Se trata de hacer una buena gestión de la inteligencia emocional, teniendo en cuenta toda la formación recibida por el Cuerpo Nacional de Policía, que es muy importante y resulta una parte fundamental del proceso».

Pero, ¿cómo conseguir no llevarse estas situaciones a casa y evitar que afecte en el día a día? «Con mucha ventilación emocional en casa», ha revelado la inspectora, «con apoyo de la familia y de los amigos». Hasta ahora, todas sus intervenciones han salido bien y se han cerrado con un «resultado satisfactorio», una tendencia que esperan que siga así y para la que se está poniendo todo el empeño posible. Si bien Fernández ha asegurado sentir un gran orgullo por el reconocimiento público de su labor, nada es comparable a lo que sintió aquel día, cuando consiguió parar aquella situación crítica. «Eso es una felicidad muy grande», ha asegurado con una sonrisa.

El teniente de la Guardia Civil, Carlos Fernández, ha sido distinguido con una Medalla de Bronce con distintivo blanco, por su labor coordinando el dispositivo de seguridad del Descenso Internacional del Sella y la Fiesta de Les Piragües, y por dirigir la evacuación de pacientes del Hospital de Arriondas en las inundaciones de noviembre de 2021. En su caso, lo más complicado, a medida que veían que el caudal del río subía y que se activaban los planes de emergencia del Principado, fue «concentrar todas las capacidades que teníamos en Arriondas e ir integrándolas todas». Tanto en el descenso del Sella como en este dispositivo, ha anotado, «el desafío es coordinar todas las capacidades que son de diferentes administraciones, ya que ahí concurren las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con los Bomberos, el SEPA, Protección Civil e incluso Policía Local».

Sobre la evacuación del hospital de Arriondas, «dentro de lo alarmante que era», el reto principal fue «sacar a todos los pacientes que estaban hospitalizados de una manera ordenada, pero también facilitar la atención de la gente que requería urgencias: desde mantener las vías de comunicación abiertas, a atender posibles emergencias sanitarias o que no se colapsaran las vías de circulación». Pero gracias a los años de experiencia que acumula a sus espaldas, fue capaz de transmitir su bagaje al resto para sacar el dispositivo adelante. «Nuestra gran preocupación siempre es poder atender todos los requerimientos que hay con los recursos que tenemos a nuestro alcance, que pueden ser desde una emergencia sanitaria, una agresion sexual, intoxicaciones etílicas o por drogas, problemas de orden público o problemas de seguridad alimentaria», especialmente en lo que se refiere a puestos de venta ambulante para evitar problemas de intoxicaciones.

También ha sido condecorado el guardia civil Nicolás Fernández, en este caso con una Cruz de Plata de la Orden del Mérito Civil por prestar los primeros auxilios y ser decisivo para salvar la vida de un hombre inconsciente tendido en el suelo en Viavélez en febrero de 2022 en un acto «instintivo». «Haces las cosas sin pensar. Salí del coche corriendo, vi a su hija pegándole golpes en el pecho y ya supuse que estaba en paracardiorrespiratoria, así que la aparté y afortunadamente las cosas salieron bien«, ha comentado tras recibir la condecoración. Aquel día estaba de servicio cubriendo la marcha Galbán, cuando recibió el aviso de que un hombre se había desplomado donde las antiguas escuelas de Viavélez. «Estábamos cerquísima y tardamos un minuto en llegar y enseguida aparecieron los servicios sanitarios, rapidísimo también».

En el caso del cabo Héctor Bruces y el soldado Manuel Alejandro Cuevas, del Regimiento Príncipe ubicado en el acuartelamiento de Cabo Noval, ambos han recibido una Medalla de Bronce con distintivo azul por su labor en el incendio de la residencia Ave María de Siero, en abril de 2022, rescatando y prestando los primeros auxilios a pacientes antes de la llegada de los servicios de emergencia. El soldado Cuevas ha recordado que fue una jornada «un poco caótica». Aunque «en ese momento no piensas, sino que actúas y ya reflexionas más tarde», no se esperaban un incendio de aquella magnitud y el principal desafío fue «evacuar a las personas que se encontraban allí, especialmente la gente que estaba impedida». Algo que ayudó fue que, para la situación que estaba viviendo, los residentes «no estaban especialmente nerviosos». Hace un año y medio que Cuevas y Bruces pusieron su vida en riesgo, sin importarles nada, auque ellos se limiten a decir, con la humildad de quien se sabe al servicio a los demás, que «lo hicimos lo mejor que pudimos».