El compango asturiano, en riesgo de desaparecer

El caso es que la peste porcina africana que está sufriendo China es «la mayor pandemia animal de la historia», explica García. Según datos del Gobierno chino, han tenido que ser sacrificados 1,1 millones de cerdos por este motivo, mientras que los organismos internacionales elevan la cifra a 200 millones. El gran proveedor de cerdo al país asiático era Estados Unidos, pero las malas relaciones comerciales entre ambos países han hecho que la exportación se reduzca a la mitad.

La repercusión de este problema en Asturias viene dada porque China ha puesto sus ojos en Europa y España, con un 19% de la producción mundial de cerdo, es el principal exportador. Eso ha provocado que la materia prima escasee en el mercado nacional.

«Tradicionalmente, los chinos venían y autorizaban a exportar a una serie de establecimientos tras unos trámites burocráticos que duraban meses. Ahora dicen que se apunte el que quiera, casi sin ningún trámite», remarca César García.

Eso ha hecho que los productores españoles se hayan lanzado a la exportación y el precio medio del cerdo haya experimentado un incremento del 30%. Pero algunos cortes determinados han subido el 60% e, incluso, el cien por ciento. «Para el fabricante es imposible repercutir esa subida en la distribución y más en Asturias, donde todo son pymes y micropymes, que tienen menos peso que las grandes industrias», indica el presidente de Asincar.

Los principales mataderos ya han avisado a estas empresas de que les dejarán de distribuir cerdo en las próximas semanas, lo que supondrá un desabastecimiento y el encarecimiento de los productos que se puedan llegar a elaborar.

Asturias no cuenta con productores de cerdo, ya que su producción cárnica se ha centrado en el vacuno. Es «un mal endémico» de la región, apunta César García. Los grandes productores son Cataluña, Madrid y Murcia, y hay que tener en cuenta que, si hasta ahora el transporte de la carne corría por cuenta del matadero, ahora serán los fabricantes quienes lo tengan que asumir, en el caso de que puedan adquirir algo de cerdo.

García reconoce que «la solución es compleja» para las 90 industrias cárnicas de la región y sus 1.100 trabajadores. Además, hay 22 empresas que son las que elaboran chorizos y morcillas certificadas. El año pasado se elaboraron 500 millones de kilos de chorizo asturiano certificado y 54 millones de kilos de morcilla. Toda esa producción está en serio riesgo de desaparecer.

«Queremos crear conciencia del problema que hay y que lo tiene que asumir toda la cadena, no solo el fabricante», dice convencido el presidente de Asincar, porque, en su opinión, «cuando el problema de China llegue a pasar, se habrá quemado toda la red de transformación».

El gerente de la asociación empresarial, Juan Díaz, dijo que «estábamos acostumbrados a que los vaivenes de los precios fueran periódicos y el sector sabía que la situación pasaría a corto plazo. Pero esta no tendrá un ciclo corto, porque en China siguen matando cerdos para erradicar la peste y seguirán importando animales durante muchos años».

Por otro lado, Juan Díaz quiso llamar a la tranquilidad de los consumidores asturianos por los casos de listeria aparecidos en fábricas cárnicas de Andalucía y dijo que «nuestra industria cárnica tiene uno de los sistemas más seguros y completos de la industria alimentaria del mundo». Explicó que las empresas asturianas pasan controles periódicos realizados por las administraciones y que cada una de ellas «tiene un sistema de autocontrol que está en manos externas, como es el caso de Asincar. El sistema funciona y funciona bien, y es muy exigente».