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E. C.
GIJÓN.
Jueves, 29 de septiembre 2022, 03:55
Lo dijo con claridad en Sevilla, en el congreso nacional de abril, el recién consagrado entonces como presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo. Eran dos deberes que ponía a todas las direcciones regionales: trabajar por la reunificación del centro derecha e ir a ... buscar «el voto allí donde no nos votan».
En el caso de Asturias, la reunificación pasaba por dos puntos: el interno del partido, con órdenes claras de Génova de reducir la conflictividad en un partido endémicamente dividido, y el del resto de formaciones y sectores del centro derecha. Dentro de ambos se halla el encuentro entre Álvaro Queipo, secretario general del PP asturiano, y Francisco Álvarez-Cascos, que, aunque expulsado de Foro, sigue arrastrando a buena parte del conservadurismo de la región. Lo contó EL COMERCIO, como también la reacción, santificadora de la iniciativa de Queipo, del vicesecretario de Organización nacional, el gallego Miguel Tellado, cuando dijo que «hay más Foro fuera de Foro que dentro». Dicho de otra forma, un respaldo a la iniciativa de Queipo de hablar con Álvarez-Cascos, buen amigo de Feijóo, y un mensaje de calado de Tellado a Mallada: «Más importante que el congreso es encontrar la persona capaz de hacer al partido más grande».
Desde ese momento todo estuvo claro en el seno del partido: Génova daba por amortizada a Mallada, lo que iba elevando la tensión en la formación en Asturias. Parte del grupo parlamentario respaldaba a Mallada, otra parte estaba con Queipo, y ella seguía con su empeño en preparar su programa electoral dando por sentado que habría un congreso en el que ella sería, si no única, al menos sí candidata.
Mientras tanto, el distanciamiento entre el principal alcalde asturiano del (o vinculado al) PP, el ovetense Alfredo Canteli, y Mallada, daba lugar a declaraciones del primer edil de la capital cada vez más directas. Si el 16 de agosto era de los que abogaban por la unidad y respaldaba los contactos con Cascos veladamente, al día siguiente recordaba que «Feijóo es quien debe decidir si la presidenta es buena o mala candidata». La duda era toda una declaración.
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Y que el alcalde de Oviedo se pronuncie nunca es baladí. Poco después, el 23 de agosto, EL COMERCIO adelantaba que un sector del partido ya abogaba en positivo por Álvaro Queipo como candidato alternativo a Mallada, y apenas cuatro días después, Núñez Feijóo versionaba la llamada de Tellado a buscar la persona capaz de hacer al partido más fuerte: «Nuestra obligación es medir si podemos mejorar». La ausencia de Mallada en la ejecutiva nacional de esta semana no hizo más que confirmar las graves grietas, por más que ella esgrimiese que ese día tenía negociación presupuestaria con el PSOE asturiano.
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