Cogersa inicia su mayor obra con el objetivo de evitar una multa de la UE

Actualmente esos residuos terminan en el vertedero, solución que es «muy económica, pero en el fondo es desincentivadora del reciclaje», indicó a preguntas de Juan Neira. En la actualidad Asturias está muy lejos de cumplir los objetivos de reciclaje y de reducción del uso del vertedero marcados por la Unión Europea, por lo que «necesitamos poner en marcha la instalación para que si alguien nos pide cuentas al menos podamos afirmar que estamos con las obras en marcha», indicó Orviz. Ante las autoridades comunitarias «el problema lo tenemos como Cogersa y como comunidad autónoma; si no cumplimos los objetivos legales nos puede venir un batacazo en forma de multa, y alguna experiencia tenemos ya con la depuradora de la zona este» de Gijón, recordó.

«Los objetivos de residuos son especialmente exigentes, da la impresión de que la UE los pone a sabiendas de que nadie los va a cumplir», dijo Orviz. La gerente reconoció que el nuevo sistema de gestión encarecerá la factura pero recordó que Cogersa no cobra a los consistorios (y por extensión a los ciudadanos) por los desperdicios que se arrojan en los contenedores de reciclaje. Por tanto «todo lo que sea separar en origen supone ahorrar».

De cara al aprovechamiento de los desperdicios, Orviz recordó que Cogersa fue puntera a la hora de captar el gas que emite al descomponerse y utilizarlo en una turbina para generar electricidad. Esa energía ahora no está primada y el vertedero va a reducir sus emisiones, pero el biogas seguirá produciéndose en la planta de residuo orgánico. «El biometano se puede inyectar en la red de gas natural», algo que el consorcio estudia y llevaría esa energía renovable a los hogares.