RAMÓN MUÑIZ
GIJÓN.
Domingo, 12 de noviembre 2023, 01:39
El Consorcio para la gestión de residuos (Cogersa) se encuentra en su hora clave. Constituido en 1984, tiene a los 78 ayuntamientos como accionistas junto al Principado y, hasta ahora, ha aplicado una misma solución para los desperdicios que los asturianos tiran sin reciclar: llevarlos ... al vertedero y enterrarlos. En las próximas semanas activará una planta de basura bruta por la que pasarán esas bolsas, rescatando a mano lo que aún sea aprovechable. El resto se criba, tritura, seca y sale en fardos con un poder calorífico limitado. Ese producto se conoce como combustible sólido recuperado (CSR) y la entidad ofrece hasta 16 millones a quien queme la producción anual del mismo.
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La instalación cambia el modelo de Cogersa, disparando sus costes. Para no entrar en pérdidas, la dirección ha calculado que a partir del 1 de enero deberá cobrar a los ayuntamientos 96 euros por cada tonelada de basura mezclada que generan sus ciudadanos. En síntesis, enterrar las 350.000 toneladas de desperdicio mezclado que arrojan cada año los ciudadanos costaba 8,5 millones si en el vertedero, y pasa a costar hasta 33,6 con la planta.
Los consistorios aún pueden optar por repercutir íntegro ese precio a los vecinos o no; a partir de 2025 perderán esa facultad, estando obligados por ley a trasladar el coste real del tratamiento de la basura.
En 2022 la tarifa por tonelada mezclada era de 24,35 euros. Este curso subió a 67 euros, con un matiz: lleva incorporado 40 euros de impuesto al vertido de basura, un gravamen diseñado por el Gobierno central para penalizar a regiones como Asturias, que seguían con modelos de gestión anclados en el basurero. Para evitar el golpe a los ciudadanos y consistorios en año electoral, el Principado optó por destinar la recaudación del impuesto a subvencionar a los ayuntamientos, de forma que lo que pagaban en tributo lo recibían luego como ayuda. En síntesis, el esfuerzo municipal real sigue aún rondando los 24,35 euros, y se cuadriplicará si los representantes municipales dan por buena la propuesta de tarifas de Cogersa.
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Hay muchas aristas en esta historia, y una es que la instalación ha ido variando respecto a lo planteado. En agosto de 2018 Cogersa licitó la redacción del proyecto, ejecución y puesta en marcha. El pliego incluía un anteproyecto con un anejo de costes de explotación. Estimaba que la planta recibiría 300.000 toneladas al año de basura mezclada de los ciudadanos y produciría 133.400 toneladas de combustible, teniendo que pagar 50 euros por tonelada a quien la queme.
Con esos y otros parámetros concluía que la instalación acarrearía un coste de explotación de 59,2 euros por tonelada. El documento está fechado en 2018; aplicando la inflación acumulada desde entonces la expectativa se situaría en 70 euros de los de hoy, notablemente por debajo de los 96 que se proponen.
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Entre el anteproyecto y el resultado final se han introducido variaciones. La planta es más intensiva en la producción de combustible, dando 160.000 toneladas del mismo, un 19% más que lo esperado en el anteproyecto. También está el reciente impuesto al vertedero, lo que, aplicado a los rechazos entonces esperados elevaría el coste de tratamiento por tonelada en nueve euros más.
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