Juan Cofiño | Presidente de la Junta General
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Juan Cofiño | Presidente de la Junta General
«La política debe ser un puntín aburrida y la pasión debe quedar fuera»El presidente de la Junta General del Principado, Juan Cofiño (Parres, 1957) habla del clima político que existe en el Parlamento, de la amenaza de los populismos y del riesgo de las redes sociales en la política con motivo del Día del Parlamentarismo.
–¿Nuestro ... sistema parlamentario es el ideal o es mejorable?
–Ninguna obra humana es ideal por naturaleza y por lo tanto es mejorable. Pero el sistema parlamentario, que nace de la división de poderes, sigue siendo un instrumento absolutamente imprescindible para buscar los equilibrios en la sociedad. Seguro que tiene insuficiencias, pero no conozco un modelo más acabado y terminado que éste.
–Hay sistemas parlamentarios monárquicos y republicanos... ¿Con cuál se queda?
–Todos tenemos una opinión al respecto y yo también pero, independientemente de ella, hay que reconocer que nuestra monarquía está totalmente legitimada por la Constitución y concretamente creo que Felipe VI goza del plebiscito popular por su servicio al bien común y porque la monarquía española cumple con lo que, en general, la población espera y desea del jefe del Estado.
–¿Cree que la clase política también cumple con las expectativas de la población?
–La clase política no goza del mejor momento reputacional. Estamos viviendo una eclosión de movimientos populistas, nacionalistas y antisistemas que reciben apoyos de cierta parte de la población que no se siente bien representada o no se siente dentro del sistema. Hay que hacer una reflexión acerca de las causas porque la frontera ahora no está en un contraste de ideas políticas, sino entre demócratas y populismo y nacionalismo.
–¿Qué le ha parecido la jugada de Vox para impedir que julio sea considerado hábil y bloquear la tramitación de varias leyes?
–No voy a entrar en consideraciones sobre sus motivaciones porque soy el presidente del Parlamento y debo mantener cierta lejanía. He escuchado a otros grupos hablar de la posibilidad de revisar el reglamento para que esto no se repita y creo que es el camino a seguir.
–Decía al inicio de su mandato que esperaba que Asturias fuera un refugio donde la razón se empodere de la discusión política. ¿Lo está logrando?
–Lo intento. Pero estamos viendo cómo populismo y nacionalismo, los viejos demonios de Europa y de España, vuelven a intentar apoderarse o por lo menos intervenir en el proyecto político español y europeo. Y para sortear esta amenaza el mejor remedio es que las instituciones funcionen y cumplan su papel, estimular el debate y que el contraste de pareceres se haga con argumentos, sacando el exabrupto y la descalificación fácil del discurso. El debate parlamentario necesita tiempo para razonar y para que la discusión no sea acalorada y pasional, el problema es que vivimos en una sociedad que va en sentido contrario, y donde se valora mucho el tuit inmediato, casi siempre lleno de pasión, sin meditar ni razonar.
–Mucho se ha hablado del rifirrafe entre Barbón y un periodista deportivo tras un tuit del presidente...
–Las redes sociales están ahí y tendrán sus cosas buenas, pero yo creo que la política debe hacerse desde la Junta y desde el Gobierno porque requiere de tranquilidad, sosiego y tiempo, y las redes no dan ese tiempo.
–Hay fuerte crispación entre Vox y Convocatoria por Asturias. ¿Se ha traspasado alguna linea roja?
–Lo que se vive en algún pleno no es más que el reflejo de lo que está ocurriendo en la sociedad y es inevitable que se contamine y se difunda. Los debates en Asturias siempre fueron calmados, pero ahora estamos asistiendo a un conato de polarización aunque espero que sea contenido y que quede en meras anécdotas.
–¿Cree que lo ocurrido en el Parlament balear fue también una mera anécdota?
–Espero que sea una anécdota o, en fin, una excepción. No podemos normalizar este tipo de comportamientos. Hay que recuperar la solidez y formalidad de las instituciones. Por eso digo que la política tiene que ser un puntín aburrida y que la pasión debe quedar fuera.
–El PP le acusa de actuar de forma parcial. ¿Es difícil ser arbitro?
–Cualquier arbitraje es complicado sobre todo si hay mucha pasión desatada. Estas críticas del PP son inherentes a la función y forman parte también de la crítica política. Es inevitable que algunos diputados con mucha pasión se excedan en el debate y mi obligación es corregir ese exceso
–El Gobierno ya ha superado su primer año y sigue sin hablarse del reglamento de la Ley de Calidad Ambiental. ¿Es ésta otra forma de bloqueo?
–No quiero entrar en eso porque fui el promotor de aquella ley pero conozco bien el mecanismo de producción de las leyes y de los reglamentos y no es un asunto sencillo. Sé que están trabajando en él y me consta que el Principado es el primer interesado en su desarrollo.
–¿Funciona como debería la coalición PSOE-Convocatoria por Asturias?
–Lamento apelar constantemente a mi condición de presidente de la Junta para no entrar en valoraciones. Lo único que puedo decir es que en términos parlamentarios la situación discurre con absoluta normalidad. No veo ninguna anomalía.
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