Cofiño cesa como vicepresidente: el adiós del jefe de la sala de máquinas del Gobierno

El comunicado que oficializó el cese subrayó que el hasta ahora 'número 2' del Principado «deja el cargo por decisión propia para optar a la presidencia de la Junta General, que se constituirá el lunes», momento a partir del cual el Ejecutivo asume su entrada en funciones. El aspirante socialista a relevar a Marcelino Marcos Líndez como presidente de la Cámara tiene asegurado salir con el respaldo de su partido e IU.

La salida de Cofiño marca un cambio de ciclo en la política asturiana y se inscribe en el principio de que «lo que sucede, conviene». En la pasada legislatura el vicepresidente fue determinante en las negociaciones con el empresariado y el Ejecutivo central, participó de salsas como la llegada de Amazon, la activación de la regasificadora y la licitación del vial de Jove, y armó la estrategia política que dio en llamarse 'guerra contra la burocracia', que el Ejecutivo situó como su prioridad una vez superada la pandemia.

Se va el jefe de la sala de máquinas, el que modulaba la entrada y salida de asuntos en el Consejo de Gobierno como responsable de la comisión de secretarios generales técnicos. Deja tres leyes para simplificar la tramitación administrativa (la de Calidad Ambiental, la de Empleo Público y la de Medidas Administrativas Urgentes), un borrador de norma para el reto demográfico, la empresa mixta Sogepsa a punto de ser refundada e integrada en el sector público, y la que promueve la ZALIA con un nuevo accionista, Sepides, dispuesto a poner el dinero que falta para culminar el polígono y comercializar parcelas.

En su haber cabe incluir un discreto pulso con el Ministerio para la Transición Ecológica, que ha dado como resultado que a cambio de enterrar definitivamente el proyecto del embalse de Caleao el Gobierno central asuma la financiación de tres grandes 'autopistas' del agua, macroconducciones que llevarán el recurso de los embalses desde el occidente hacia el oriente y otras zonas necesitadas de él.

Su marcha se presenta como un movimiento conveniente. El aludido insiste en que tenía necesidad de reducir la carga de estrés. Su baja tiene el efecto de mejorar las expectativas de las negociaciones emprendidas por los socialistas y Convocatoria por Asturias, toda vez que IU hacía de Cofiño y sus leyes contra la burocracia el centro de su diana, reclamando que el nuevo tiempo comience con la enmienda parcial de esas normas.

La nota de prensa del Principado arropa a un cesado que volvió a la política, perdiendo dinero, desde su puesto en el sector privado, anteponiendo su vinculación personal con Barbón y su militancia en la FSA. «A lo largo de todo el mandato, Cofiño ha ejercido una tarea clave en el Ejecutivo y ha liderado algunas de las políticas más relevantes, como la reforma de la Administración, el diseño de la arquitectura institucional para agilizar los fondos europeos, el proyecto de Ley de Reto Demográfico o la anticipación al cambio climático», expone el comunicado. «El Gobierno del Principado hace un reconocimiento público a su dedicación, esfuerzo y acierto», añade.

El presidente agradeció el apoyo de su vicepresidente y reveló una clave: «Meses antes de las elecciones me explicó que no podía seguir en el Gobierno, que necesitaba rebajar la intensidad de trabajo por razones muy personales que entiendo y respeto. Pero Juan es de esas personas a las que merece la pena tener cerca y escucharlo. Por eso le propusimos asumir la Presidencia de nuestro Parlamento, la Junta General, convirtiéndose así en la segunda autoridad de Asturias».

Barbón señaló que Cofiño es «una persona fundamental en la historia reciente de Asturias». También dejó escrito: «Hoy soy mejor presidente que hace cuatro años, tengo experiencia y sé lo que significa gobernar Asturias gracias a Juan. Para mí es y seguirá siendo un referente. Le debo mucho».