Cofiño apuesta por avanzar hacia el modelo federalista en su discurso con motivo del Día de la Constitución

Cofiño hizo un repaso sobre la historia constitucional española, marcada por los vaivenes políticos, pero celebró que la Constitución de la que ahora se celebra su cuadragésimo sexto aniversario «cambió la historia de España» porque rompió con todos sus precedentes y «se elaboró con una auténtica voluntad de consenso y con un propósito integrador ampliamente reconocido, de tal suerte que a lo largo de los años todos los proyectos políticos, bien diferentes entre sí, han podido implementar sus ideas sin forzar las costuras de nuestra 'norma normarum'». De este modo, destacó, la propia Constitución y la transición política «encerraron bajo siete llaves a nuestros viejos demonios, propiciando una respuesta satisfactoria para amplias mayorías a la cuestión religiosa y a la forma de Estado». No obstante, asumió, «pervive el viejo asunto territorial que nos está obligando a un esfuerzo extraordinario que nos distrae de los retos que enfrenta un mundo cambiante y acelerado que no va a esperar por la resolución de nuestras cuitas internas».

El presidente de la Cámara asturiana abogó entonces por avanzar hacia el federalismo, desterrando así «el avance de las lógicas confederales, que emergen recurrentemente, con una gran capacidad disgregadora y un enorme potencial para quebrar los principios constitucionales». «Las pulsiones nacionalistas en torno a la fiscalidad asimétrica y sus aspiraciones en relación con la financiación autonómica evidencian los riesgos latentes», apostilló en plena polémica en relación con el acuerdo entre el Gobierno central y ERC.

En su discurso en la Sala Europa, ante una amplia representación de las principales autoridades de la región, incluido el presidente del Principado, Adrián Barbón, pero también el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ausente en algunos de los últimos actos institucionales, Cofiño también se refirió al riesgo que supone el regreso de los populismo en nuestras sociedad. Alertó de que «se ha consolidado una gran desafección en relación con la democracia representativa que están aprovechando seudolideres, caracterizados por comportamientos desinhibidos y en ocasiones brutales, los nuevos alquimistas del malestar». Para Cofiño, «el populismo en ascenso es el indicador de un deterioro profundo en el funcionamiento de la democracia», por lo que considera que «estamos compelidos a suturar esta hemorragia reseteando nuestra democracia liberal, sin atajos». «Recuperemos amplios consensos de la mano de la mejor política», reclamó, a la vez que urgió la necesidad de actuar cuanto antes . «Nos lo jugamos todo en nuestra capacidad de traducir el lenguaje de la irritación, la exasperación y la rabia -característicos de nuestra sociedad - en buena política», dijo. Tras sus palabras intervino el grupo folk Fabes de Mayo y se ofreció a los asistentes un ágape con sidra, por primera vez.