«Hacía casi cinco meses que no me reunía con mis hijas»

«Si venía ella con la familia ya éramos más de seis, así que toca repartirse», apunta Claudia. Aún así, Mari se muestra «encantada» de tener a dos de sus hijas con ella en estas fechas tan especiales. Y es que, si bien a la segunda la ve con mayor frecuencia porque reside en Mieres, con Lucía ya es más complicado, al vivir en Barcelona junto a su marido, Lluis Arnau.

«Siempre tomamos muchas precauciones, pero en las semanas previas a las fiestas aún más», explica Lucía. Así, por ejemplo, tanto ella como Lluis llevan meses sin utilizar el transporte público. «Vamos caminando o en bici», señala, e indica que «él teletrabaja y en mi empresa, del ramo de la construcción, tenemos protocolos muy estrictos». Las dos hermanas reconocen que tenían «muchísimas ganas» de reencontrarse y se sienten afortunadas por haber podido hacerlo.

Por ese motivo, su estancia en Llanes será sumamente cuidadosa, sin apenas salidas del domicilio familiar. «Ya que pudimos juntarnos y, pese a todo, disfrutar de una Navidad en familia, vamos a restringir al máximo nuestro círculo para reducir las posibilidades de contagio», explica Lucía. Y su hermana menor añade que, previsoras, ya se fueron pertrechando en los días anteriores del material necesario para no aburrirse. «Compramos un montón de juegos de mesa para pasar las fiestas en la seguridad del hogar y entretenidos», indica. Los paseos por la villa y las excursiones por la comarca, apostilla, «pueden esperar».