La sanidad privada cada vez tiene mayor penetración en Asturias, donde ya son 179.644 las personas que tienen contratado un seguro de salud. Eso implica que, a 31 de diciembre de 2023, prácticamente uno de cada cinco asturianos contaban con una cobertura sanitaria del ... sector privado. Lo que llama la atención en una comunidad autónoma que siempre ha destacado a nivel nacional por su presupuesto en materia de sanidad.
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El mayor salto se produjo entre 2020 y 2021, coincidiendo con los peores momentos de la emergencia sanitaria por covid. En ese período se suscribieron en la región unos 10.000 seguros de salud, duplicando así el volumen de crecimiento que el sector sanitario privado viene experimentado en Asturias en los últimos años. Crecimiento que, si se toma 2018 como punto de partida, ronda el 19 por ciento y tiene su reflejo también en la actividad alcanzada el año pasado por la sanidad pública: 495.494 consultas atendidas, 28.534 intervenciones quirúrgicas y más de la mitad de las tomografías que se realizaron en el Principado.
Ayer, los sindicatos sanitarios no pasaban por alto estos datos, recogidos en el último informe publicado por la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS). «Nosotros consideramos que el estado de bienestar depende de una sanidad pública y universal. Por eso, nos entristece profundamente este aumento de los seguros privados», señaló Graciela Martínez, coordinadora de sanidad de Sicepa-USIPA.
Y va más allá: «En una comunidad como la nuestra, que es la que dedica mayor presupuesto a sanidad, este aumento pone de relieve la insatisfacción de la ciudadanía y la mala gestión de los recursos disponibles, algo que nosotros venimos denunciando desde hace tiempo». De las operaciones quirúrgicas realizadas el año pasado en la región, la sanidad privada acometió el 31 por ciento. En lo que a consultas se refiere, el porcentaje se sitúa en el 21por ciento, fundamentalmente especializadas.
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«Detrás de este aumento subyace un problema estructural: la escasez de facultativos en la sanidad pública y el consiguiente aumento de las listas de espera», afirma el secretario general del Sindicato Médico Profesional (Simpa), José Antonio Vidal. «Una escasez agravada por el hecho de que aquí los profesionales que compatibilizan la actividad pública y privada pierden 1.000 euros mensuales», añade.
Vidal está convencido de que «mientras no sepamos captar y fidelizar profesionales, no podremos ofrecer una atención sanitaria pública con la suficiente calidad y accesibilidad». Y desliza: «Algunos trabajadores ya valoran como algo muy importante que se les ofrezca un seguro privado. Recientemente, un sindicato ofrecía a sus afiliados esta prestación».
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