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La osa Paca murió el jueves, su hermana Tola en 2018, pero su legado permanecerá. La Fundación Oso de Asturias (FOA), que cuidaba de ambos animales y, desde 2013, de la osa Molina, seguirá con sus proyectos de educación ambiental y recuperación de esta especie emblemática de la cordillera.
Según confirma el presidente de la FOA, Nicanor Fernández, «se mantiene la utilidad de todas las instalaciones» y cercados oseros. En el cercado del monte Fernanchín sigue Molina campando en un espacio de cuatro hectáreas, en las condiciones más parecidas a la libertad.
Por debajo de la senda osera queda el cercado de una hectárea adecuado en su día cuando se intentó aparear a las osas con Furaco. Ahí «están habilitadas también dependencias de manejo de estos ejemplares para cuando es necesario algún tratamiento o periodo de aislamiento por cualquier circunstancia sobrevenida», describe. «Además, dentro de éste existe también un recinto más aislado, prácticamente un compartimento estanco, cuya finalidad es alojar a los oseznos que debido a alguna incidencia precisan de un periodo de rehabilitación antes de ser reincorporados a la naturaleza, como por ejemplo, sucedió hace poco más de dos año con 'Yernes', hoy feliz en el monte», explicó.
La FOA mantendrá los espacios por si nuevos osos son rescatados del medio natural o surge otra eventualidad. «Otra cosa es que cuanto menos se requieran mejor, pues será señal de que no existen incidencias indeseadas relacionadas con la especie», consideró Fernández.
La fundación tiene una decisión pendiente de tomar: ¿qué hacer con el cuerpo de Paca? Cuando murió Tola, sus restos fueron llevados a la Casa del Mar (Gijón). Allí el técnico de laboratorio José Antonio Pis se encargó de trabajar el cuerpo, retirando piel y músculos, para someter los huesos a un proceso de conservación. El esqueleto resultante está expuesto en la Casa del Oso de Proaza desde el año pasado.
¿Será ese el destino de su hermana? «No hay nada decidido al respecto», responde el presidente de la FOA. «Varias posibilidades están siempre abiertas en estos casos una vez realizada la necropsia oportuna», amplía. Entre ellas apunta a «su conservación en cámara fría para posteriores estudios, o como en el caso de su hermana, la recuperación del esqueleto para su posterior muestra». Antes de tomar una decisión sobre el asunto la intención de la fundación es «recabar opiniones de técnicos y especialistas en estos casos».
Los valles del oso y la fundación se preparan así para una realidad sin Paca y Tola, manteniendo sus labores. La de la FOA por ejemplo consistió en preparar a su equipo de informadores ambientales para que inicien la temporada este fin de semana.
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