El centro derecha asturiano en ebullición

Desde Murcia a Asturias. La moción de censura fallida pone a prueba el delicado juego de lealtades dentro de Ciudadanos. Casado ha dado orden de reunificar un espacio político que presenta una fragmentación histórica en la región

RAMÓN MUÑIZ

Domingo, 21 de marzo 2021, 01:43

S e le acumulan a Ciudadanos los cantos de réquiem. En abril de 2019 tocaba techo y Albert Rivera soñó con superar al PP; su escoramiento hacia la derecha ha dejado un rastro de descalabros difícil de resistir. Aquel mismo noviembre bajó de 52 ... a 10 diputados en el Congreso, hace un mes en el parlament pasó de 36 a 6 asientos y con la esperanza de escapar de la dinámica Inés Arrimadas lanzó esa moción de censura en Murcia con la que esperaba ganar su primer gobierno autonómico. Plutarco dejó escrito que a Julio César un vidente le advirtió de que se cuidara de los idus de marzo; la política naranja revive ahora su drama de traiciones y dagas.

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Las réplicas del terremoto no han terminado y la duda es si alcanzará y cómo a una región que tiene cordillera para aislarse: en dos meses la Junta General y los Ayuntamientos llegarán al ecuador de la legislatura, es decir, el punto exacto en el que los políticos más lejos están de unas elecciones. La política son ideas, gestión, pero también expectativas y comicios. Cuando se entonan oraciones fúnebres por Ciudadanos en las tribunas nacionales, la formación goza en Asturias de su mayor implantación: cinco diputados en el Parlamento regional y 50 concejales repartidos en 24 ayuntamientos. Un capital para poner y quitar alcaldes en plazas como Oviedo y otorgar tranquilidad a Adrián Barbón de cara a futuros presupuestos.

Ese fue el botín que extrajo de las urnas el partido naranja, formación que nació catalana, creció por el país reivindicando una tercera España lejos del bipartidismo, y en 2018 se puso como lema «captar talento» para estar a la altura de los vientos favorables que le soplaban. Las listas, en Asturias como en el resto del territorio, se reforzaron con independientes y profesionales ajenos a la política (Juan Vázquez, Nacho Cuesta, Ana María Coto, Laura Pérez Macho) y una segunda línea pulida y controlada por el todopoderoso secretario de organización, Fran Hervías.

«Si alguien dentro de Ciudadanos conoce a sus afiliados y sus preocupaciones, ese es Fran Hervías». Lo expresaba en redes sociales el secretario de organización en Asturias, Sergio García, en 2019. Hoy Hervías, conocido como el 'señor lobo', se ha pasado al PP y da entrevistas con el logo de la gaviota. La duda que recorre a Ciudadanos es cuánto tiempo llevaba entendiéndose con los populares y a cuántos afines arrastrará a su nueva casa.

La agenda más cotizada

La dirección en Asturias se ha declarado leal a Arrimadas y fuera de toda componenda. El terremoto naranja se habría expandido, pero solo hasta Castilla y León, donde el partido se jugará mañana su ser en otra moción de censura. La agenda de Hervías y el uso que le termine dando es solo una de las variables que afectan al tablero del centro derecha regional, espacio marcado por una fragmentación inédita.

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En 2011 la salida de Francisco Álvarez-Cascos del PP dio lugar a Foro Asturias, en 2012 se sumó UPyD al reparto de escaños en la Junta General, en 2015 su marca fue relevada por Ciudadanos y desde 2019 ese espectro tiene a cuatro competidores: PP, Foro, Ciudadanos y Vox. Sumaron el 44,9% de los votos, casi cinco puntos más que en los comicios autonómicos anteriores. Los 17 diputados que reunían PP, Foro y Ciudadanos en 2015 se expandieron hasta las 19 actas que otorga la suma con Vox desde 2019.

Cada formación mantiene su propio perfil ideológico, pero el ecuador de la legislatura se acerca con balances internos distintos. PP y Vox cogieron aire en las elecciones de otros territorios y en Asturias aparecen con liderazgos ya consolidados. Teresa Mallada ha tomado las riendas respaldada por Génova y su intervención en Gijón ha terminado de achicar el espacio a sus críticos. Ignacio Blanco fue el único de los tres aspirantes a la presidencia de Vox que en septiembre logró los avales necesarios.

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Ciudadanos y Foro están en otras coordenadas. Nacho Cuesta sigue con «eventuales versos libres» a los que continúa relegando. En la formación que preside Carmen Moriyón la pugna entre oficialistas y críticos se dirime a querella cruzada.

En ese terreno inestable es donde el PP se ha propuesto seguir reclutando desafectos de otros partidos. El pasado jueves, derrotada la moción de censura, Pablo Casado dio la orden: «Hoy, aquí en Murcia, comienza la reconstrucción del centro derecha, la reunificación del centro derecha, en torno al PP».

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La operación en Asturias se antoja compleja. Desde que en 1998 Sergio Marqués saliera del PP y fundara URAS la constante ha sido dejar en manos de los electores cuándo acaba cada cisma. De ese guión solo se salió la coalición electoral a nivel nacional acordada por PP y Foro, una estrategia que iba a tener continuidad bajo la marca Asturias Suma, creada por los primeros. Mallada entonces cuestionó la alianza con otras formaciones y apostaba por la incorporación puntual de militantes, camino por el que ahora sí avanza Génova.

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