Una madre con su hijos pasea por el centro de Oviedo. Álex Piña

El censo en Asturias crece 1.100 personas este año, pero más de la mitad de los concejos pierden vecinos

Aumenta la población en Oviedo y Gijón, con una subida de 2.681 y 758 vecinos respectivamente, mientras que Avilés perdió casi un vecino al día

Octavio Villa

Gijón

Miércoles, 13 de diciembre 2023, 14:41

Mientras la mortalidad anual en Asturias se mantiene en el entorno de las 13.000 personas y la natalidad sigue desplomada (Asturias encara el final de diciembre con la seguridad de que los nacimientos de 2023 serán la cifra más baja de la historia ... en la región, que se situarán entre 4.500 y 4.600 si los partos siguen la evolución que han mantenido hasta octubre), la región, sin embargo, ha experimentado un crecimiento en su censo de 2023 de 1.100 personas respecto a 2022, marcando así el primer repunte en muchos años, al pasar de los 1.004.960 habitantes censados en 2022 a 1.006.060 este año.

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Crece la población censada en la región, en buena medida, por el efecto de los flujos migratorios. De forma consistente en los últimos años Asturias ha venido recibiendo más personas de las que se van, tanto hacia el extranjero como hacia el resto de comunidades autónomas. Y en el último año esto ha sido de forma tan notable que ha compensado y superado el crecimiento vegetativo negativo de la región.

Ello no impide, sin embargo, que se mantenga el grave desequilibrio territorial entre municipios. En el último año, tan solo 21 de los 78 concejos de Asturias han visto crecer su censo. Y, por supuesto, son los más urbanos con el notabilísima excepción de Avilés, que año tras año sigue perdiendo población y que en los últimos doce meses registrados vino perdiendo al ritmo de casi un vecino al día (bajó en 322, tras haber perdido 1.308 en el año anterior). La desindustrialización tiene su coste en Avilés, y empieza a ser urgente tomar medidas al respecto. Cabe apuntar que una parte de ese bajón en Avilés se lo podría estar comiendo Corvera, que subió en 63 vecinos este año y en 48 el anterior. Y Gozón, que este año sumó 41 habitantes más y el anterior, 64. Pero no lo compensan todo.

Aumentan los vecinos en Oviedo, con una espectacular subida de 2.681 vecinos que refleja claramente la llegada de inmigrantes, en particular de Colombia, y en Gijón, que sube en 758 vecinos, si bien el año anterior había perdido 363. Siero es el tercer concejo que más sube, con 399 vecinos más, tras haber crecido el año anterior incluso más, en 592. Y Llanera se consolida como ciudad dormitorio del centro de Asturias, al volver a crecer, esta vez en 157 vecinos, por 122 del año anterior.

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Villaviciosa actúa de la misma forma que Llanera, si bien más vinculada a Gijón. Este año registra 21 vecinos más que el anterior, cuando había crecido en 142.

En zona netamente rural la tónica general es de pérdida de vecinos censados, aunque con algunas excepciones notables. Así, Cangas de Onís gana este año 108 habitantes tras haber ganado el anterior otros 167, confirmando así su peso como cabecera de comarca en el interior del oriente, donde solo crece a la vez Onís, con 11 vecinos más este año y 17 el anterior.

En el noroccidente hay otra excepción zonal. Suben los vecinos en Coaña (16), El Franco (16) y Castropol (2), pero el concejo que en los últimos años actuaba como polo de atracción, Navia, pierde este año mucho más que la suma de las subidas de los concejos cercanos, al bajar en 126 vecinos. Y ya había perdido 168 el año anterior.

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Como curiosidad, el concejo menos poblado de Asturias sigue siendo Yernes y Tameza, con 135 vecinos. Y ello, pese a encadenar mínimas subidas los dos últimos años. Un vecino más este año y siete el anterior. Pero está muy cerca de superar, por primera vez en décadas, a otro concejo. El dudoso honor sería para Pesoz, que ahora suma apenas 139 vecinos, tras perder uno este año y dos el anterior.

El problema del suroccidente

Ni un solo concejo de la comarca suroccidental, ni uno solo, recupera población. Y la zona se confirma cada vez más como el ejemplo más claro de la región de lo que se ha venido en llamar Reto Demográfico. Carencia de infraestructuras de comunicación dignas (no hay ni ferrocarril ni carreteras de alta capacidad, la AS-15 se debate entre las necesidades de inversión en conservación y las de incrementar su capacidad, la A-63 sigue en obras, el argayo de Matazorrina sigue sin solventarse y la AS-12 se mantiene como la imagen clara de lo que pudo ser una buena carretera comarcal al inicio del siglo XX, pero muy lejos de lo que debe ser una del XXI); desaparición de industrias tractoras (la minería del carbón y el cierre de la térmica de Soto de la Barca), abandono de tierras de aprovechamiento agroganadero, falta de concentración parcelaria y de reestructuración de la forma de producción del sector primario (algo se avanza, pero no lo suficiente para frenar la despoblación) y una notable masculinización de la población (hay concejos que superan el 58% de hombres en el total de su población) componen un cóctel venenoso para toda la comarca que hay que revertir con al menos tanta urgencia como hay que actuar sobre el problema que se está generando, como queda dicho, en Avilés.

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