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José Luis Iglesias Riopedre, exconsejero de Educación que cumple condena por el 'caso Renedo' en la prisión asturiana, fue reconocido la semana pasada por dos médicos forenses. Los facultativos admiten que el reo está bajo de ánimo y mostró ideas desesperadas. «No quiero ... morirme en prisión», les repitió. Con todo el informe solo aprecia una «ligera agravación» de su estado de salud, no encuentra motivos que le impidan volver a cometer un delito y sostiene que el tratamiento que precisa lo puede seguir recibiendo en el centro penitenciario, con traslados al hospital. En base a estas consideraciones la Fiscalía acaba de presentar ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria un recurso oponiéndose al tercer grado que la prisión asturiana pretende aplicar al preso.
El dictamen de los médicos forenses incurre en un error en la fecha de nacimiento de Iglesias Riopedre, al que atribuye un año menos de los que tiene, 81 años. Recuerda que en enero y julio de 2020 sufrió disfunciones de corazón, en septiembre se descompensó y tuvo que ser trasladado al HUCA, lo que se repitió en diciembre y el mes pasado. Ha mostrado cuadros confusionales pero los médicos forenses sostienen que no sufre deterioro cognitivo. Aunque para seguir adelante precisa de atención sanitaria constante, el informe le estima una esperanza de vida en el entorno de los cinco años.
El trabajo emitido por los profesionales del Instituto de Medicina Legal había sido solicitado a finales de diciembre, en el curso del procedimiento abierto para determinar si, como sostienen los médicos de la cárcel, lo que procede es que el reo progrese al tercer grado o semilibertad, y cumpla lo que le resta de condena en su casa. Esa evolución es la que mantienen que corresponde al caso tanto la junta de tratamiento de la prisión de la cárcel asturiana como Instituciones Penitenciarias. Es también la que en Álava se otorgó a María Jesús Otero, otra de las condenadas del 'caso Renedo'; para ella la fiscalía y el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria vasco asumieron el parecer de la prisión y no recurrieron la medida, lo que le permite cumplir los años de condena que le restan en casa, controlada por una pulsera.
Iglesias Riopedre en cambio optó por ingresar en la cárcel de Asturias, por lo que su caso lo están supervisando la Fiscalía y el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria del Principado. Hasta ahora el Ministerio Público viene recurriendo los intentos de los médicos de la prisión de concederle el tercer grado, y lo hace apoyándose precisamente en los informes de los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal. Desde el verano son tres los dictámenes que vienen emitiendo el organismo y en ellos hay un común denominador: apuestan por la permanencia del reo en prisión siempre que disponga de la atención sanitaria que requiere su situación. Luego se producen discrepancias. Un dictamen del verano pasado por ejemplo sí reconocía que su capacidad de cometer delitos estaba mermada y que su esperanza de vida era de uno a cinco años.
Con el nuevo informe todo apunta a que el Ministerio Fiscal volverá a recurrir la progresión del exconsejero. La Fiscal Superior del Principado, Esther Fernández, hizo hincapié esta semana en que el reo no habría llegado a cumplir la mitad del tiempo de condena ni reconocido que cometió delitos. También aseguró que, por esos motivos, si Otero hubiera ingresado en la prisión asturiana, su departamento también se habría opuesto a la excarcelación.
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