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Crimen del concejal de Llanes, Javier Ardines | El móvil que ayudó a resolver el crimen

La resolución del caso de Ardines se precipitó después de que el inductor llevase su teléfono a reparar a una tienda. La Guardia Civil copió su contenido

DAVID S. OLABARRI

Lunes, 8 de abril 2019, 03:17

Pedro Nieva era vigilado las 24 horas del día por la Guardia Civil: su teléfono estaba pinchado, los agentes habían colocado 'chinchetas' de seguimiento en sus coches, un BMW X3 y un Audi A6 de alta gama. E incluso habían recibido autorización judicial para ... entrar en su casa de Amorebieta y colocar micrófonos y cámaras de grabación durante un mes. Para esa época, la hipótesis de que se hubiese tratado de un crimen motivado por la actividad política de Ardines había perdido fuerza. Y Nieva, que tenía encima a decenas de agentes, era ya el principal sospechoso. Pensaban que había matado -u ordenado matar- a Ardines. Creían que lo había hecho por celos, por su incapacidad para superar el hecho de que su mujer le hubiese sido infiel. Habían pasado dos meses desde que el concejal de IU había aparecido muerto, con un fuerte golpe en la cabeza y signos de haber sido asfixiado, en un camino rural de Belmonte de Pría. Y a los investigadores les faltaba algo de lo que poder tirar, una pista que les permitiese empezar a atar cabos.

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