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A la izquierda, la mujer del presunto sicario Maamar Kelii Lorenzana
Juicio por el 'caso Ardines'

«Mi marido no es violento y no pasó ninguna noche fuera de casa aquel agosto»

La esposa de Maamar Kelii, uno de los dos supuestos sicarios que habrían matado a Javier Ardines, defiende a su marido, pero admite que tenían dificultades económicas

Olaya Suárez

Gijón

Lunes, 22 de noviembre 2021

«Mi marido no es un hombre violento». La esposa de Maamar Kelii, el presunto sicario acusado de matar a Javier Ardines, fue el testimonio principal del juicio que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. La mujer relató a lo largo de dos horas ante el jurado popular, a preguntas de la abogado de la defensa de su esposo y de la fiscal, que su marido «no había dormido ni una sola noche fuera de casa en agosto», cuando se supone que se desplazó la madrugada del día 16 desde Bilbao a Belmonte de Pría para ejecutar el plan encargado por Pedro Nieva a cambio de 25.000 euros para matar al amante de su mujer. «Tengo el sueño muy ligero desde que tuve a los niños y si se hubiese ido a las 2 de la mañana y vuelto a las 8, me habría enterado seguro», ahondó.

Sobre las pistolas 'teaser' decomisadas en su domicilio de Bilbao, la mujer aseguró: «El sobrino de mi marido, que vivía con nosotros desde hacía años, se dedicaba antes a la chatarra y solía traer esas mierdecillas»... Una de esas pistolas eléctricas, empleadas para reducir a personas, fue localizada en su propio dormitorio. Respecto a los dos botes de spray pimienta, utilizó el mismo argumento: «Los compró mi sobrino en San Francisco, un barrio en el que se juntan muchas etnias y bastante peligroso, lo tenía en los armarios altos de la cocina para que no lo cogiesen los niños».

El abogado de su marido le preguntó sobre las supuestas huidas, como considera la Guardia Civil, de su marido primero a Argelia y meses más tarde a Suiza. «Es mentira, siempre solía ir con mucha frecuencia a ver a su familia, ese mes de agosto se fue porque su madre estaba muy malita, nuestro hijo pequeño estaba allí y también para celebrar la fiesta del cordero», dijo, para proseguir: «Volvió en octubre, se volvió a ir en noviembre con unos parientes, regresó para la Navidad y en enero un primo que vive en Suiza le dijo que se fuese para allí porque había trabajo». No existen facturas ni documentos acreditativos «porque era dinero b».

A las preguntas formuladas por la fiscal Belén Rico relató que la familia, con tres hijos pequeños y sin trabajo, pasaba necesidades económicas. «Cobrábamos 900 euros de una ayuda del gobierno vasco, porque aquella temporada mi marido no trabajaba, sí, nos costaba llegar a fin de mes, nos ayudaban mis padres». Sobre si su marido le contaba los problemas que pudiera tener en su trabajo, ella contestó tajante que no: «No, nunca jamás me contaba nada del trabajo, siempre fue así». Y sobre si su esposo conocía a Djillali Benati de delinquir, también contestó de forma afirmativa: «Sí, habían delinquido juntos».

Así las cosas, y después de unas dos horas de declaración, el abogado de su esposo, Fernando de Barutell, renunció al testimonio de su sobrino, también citado en el juicio. Se dieron así por concluidas las testificales y comenzaron las pruebas periciales con la intervención de los testigos. Los primeros en exponer sus informes por videoconferencia fueron los dos guardia civiles especializados en química del servicio de Criminalística que realizaron el estudio de los sprays de pimienta hallados en casa de Maamar Kelii y los restos localizados en las vallas que los atacantes interpusieron en el camino de Belmonte de Pría para que la víctima tuviera que apearse de su vehículo y así tenderle cometer el encargo, supuestamente, de matarle. «La composición del spray de gas pimienta es mayoritariamente coincidente con la sustancia localizada en la valla», concluyeron.

Su breve testimonio continuó con la intervención de otros dos agentes de la Benemérita especializados en rastreo de teléfonos móviles. Explicaron que el móvil que habitualmente utilizaba Maamar Kelii quedó registrado hasta en tres ocasiones en la antena de telefonía de Pría, en Llanes. Además, el dispositivo de Djillali Benatia quedó registrado junto al de Pedro Nieva y Jesús Muguruza la tarde del 27 de julio de 2018 en Pechón, Cantabria, supuestamente, durante el viaje preparatorio.

El juicio se retomará mañana con los médicos forenses que realizaron la autopsia a Javier Ardines.

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