«No creo que la pena por el asesinato de Javier Ardines quede en 20 años de prisión»

Será ahora el magistrado Francisco Iriarte Ruiz quien emita la sentencia en los próximos días, ajustándose al veredicto de culpabilidad que emana del jurado popular y atenienéndose al delito de asesinato, tipificado en el Código Penal con penas entre 20 y 25 años de cárcel.

«Sentimos que se ha hecho justicia, aunque ya nadie pueda reparar el daño causado», decía la familia, quien, entre los numerosos agradecimientos «por el escrupuloso trabajo» realizado para esclarecer los hechos, quiso dar las gracias también a Pineda, quien codirige un bufete especialista en penal, laboral y civil.

El abogado -quien también defendió en su momento a la familia perjudicada por Marta Renedo y a las de uno de los seis fallecidos en el accidente de la Hullera Vasco-Leonesa- mostró su satisfacción por el unánime veredicto de culpabilidad y la consideración de hechos probados que tanto él como la fiscal, Belén Rico, mantenían y piden la condena de 25 años de cárcel.

A la espera del fallo judicial y sobre la posibilidad de que pudiera recurrir en el caso de que la pena impusta sea inferior a la solicitada, Pineda es claro: «No creo quequede en 20 años». Si llegase a ocurrir, «todo dependerá del análisis que hagamos con la familia». También se muestra firme sobre si la argumentación del jurado deja resquicios para anular el veredicto: «Ninguno. El jurado ha hecho un gran trabajo». En el proceso (que le ha exigido «una dedicación total» y que afirma haberlo afrontado «con calma, pues sesiones tan seguidas hacen inviable otra cosa»), se tuvo en cuenta finalmente la declaración que Djillali Benatia hizo en fase de instrucción.

Cabe recordar que, cuando fue detenido, hizo una declaración ante los agentes y luego otra ante la jueza de instrucción de Llanes en las que reconocía haber participado del plan para acabar con Javier Ardines y descubría toda serie de detalles del mismo. Luego manifestó haberlo hecho presionado. «La declaración judicial por contradicción tiene plena validez -expone-. No se excluye, entra sin ningún problema. Y así se lo hizo saber al jurado el magistrado presidente antes de deliberar. El jurado ha tenido ante sí todos los elementos probatorios en el momento oportuno».

Tiene palabras también de alabanza para la Fiscalía «por su minucioso trabajo». «Mi papel principal fue de simple concreción. He trasladado al jurado instrumentos y herramientas para analizar el ingente volumen de datos que tenían que manejar». En cuanto al escrutinio que se ha hecho de la vida de la víctima, asegura que «la familia lo ha vivido con enorme entereza» y queriendo mantenerse siempre al margen de los medios, a diferencia de lo que ocurrió en casos como el de Rocío Wanninkhof . «Así lo quiso y así lo entendimos en el despacho durante la instrucción y durante el juicio oral».