El juez planea aislar al jurado el lunes en un hotel hasta que determine su veredicto

Tras escuchar a todos los peritos, testigos y procesados, el lunes el magistrado-juez Francisco Javier Ruiz tiene convocados a la fiscal y los abogados en sesión cerrada. Les presentará su propuesta de objeto de veredicto, esto es, el cuestionario al que deberá ceñirse el jurado popular para ir votando punto por punto qué hechos consideran probados y cuáles no. Ese razonamiento es el que luego ha de desembocar en un veredicto de culpabilidad o inocencia.

El magistrado-juez es el encargado de definir ese cuestionario, pero la consulta a las partes permitirá pulirlo y ver si hay cuestiones adicionales que añadir. Con todo, Ruiz ha citado al jurado popular una hora y cuarto después de ese encuentro, en la idea de que no necesitará más tiempo para cerrar el documento. Con él acordado le hará entrega del mismo a los jurados, a los que se los aislaría en un hotel, bajo custodia policial y desprovistos de teléfonos móviles.

Es en esas condiciones como deben deliberar y votar cada punto. No cabe la abstención y para dar por probado algún punto o condenar a cada acusado es necesario que al menos siete de los nueve jurados estén de acuerdo en ello. Dicho de otra forma, a las defensas les vale con haber logrado sembrar la duda en tres de las nueve personas que tomarán la decisión final.