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Ni una alfiler más cabía ayer por el centro de Oviedo, con filas y filas de gente viendo un desfile intergeneracional. Desde los más pequeños hasta los más mayores lo disfrutaron a tope. Entre los más benjamines Teo, de tan solo tres meses. Una parte del recorrido lo cruzó en brazos de su madre, Bárbara Mallada; la otra, 'navegando' en el barco de los usuarios del centro social de Otero. Ambos debutaban en el Carnaval. Los trajes los confecionó ella en pleno posparto, explicó, entre comidas y cambios de pañales.
Entre los más de 1.400 participantes había muchos niños. Como Erik, de dos años, uno de los tamborileros del grupo gijonés Os Brasileiros. No perdió el ritmo ni un segundo. A su lado, vigilante, su madre con la silla, por si casaba y necesitaba un rescate. Para Ian, de tres años, fue su segundo desfile. Tras una primera experiencia el año pasado «vestido de peregrino» -a medio camino se quedó dormido, recordó su madre, Bresmy Vázquez-, ayer por la tarde lo dio todo. Ambos formaron parte del grupo formado por el centro social de Campomanes. El pequeño, de barrendero, ayudó a los grandes operarios de limpieza a retirar todo el confeti en el asfalto.
Los niños llamaban la atención pero hubo más protagonistas. Malili Muñiz, a sus 91 años, ofició de taquillera de los coches de choque del centro social de La Argañosa. El centro social de Colloto, con otra propuesta, replicó a 'Las meninas' de Velázquez.
Que en Carnaval se olvidan las vergüenzas para reírse de uno mismo es un hecho. Y hay quien conoció ayer a la mismísima Isabel Gemio en un improvisado plató de 'Antena 3'. Lo recrearon uno de los grupos que cerró el largo desfile. Un pasacalles también reivindicativo. Entre los participantes, los miembros del albergue Cano Mata, destinado a los sintecho. Vestidos de caracol reivindicaron su situación con un lema: «las personas sin hogar siempre llevamos la casa a cuestas».
Protagonismo también para los usuarios con diversidad funcional del Centro de Apoyo a la Integración (CAI) del Naranco. Representaron a 'Alicia en el país de las maravillas' y todos ellos pusieron la carne en el asador en la plaza de la Catedral. En este escenario el jurado, vestido de chef, puso sus notas para elegir a los ganadores. Después, se celebró el tradicional entierro de la sardina con el espectáculo 'Memento Vivere' y como colofón actuó la orquesta Marsella Oficial.
Además, durante toda la tarde y noche se desplegó un gran dispositivo de seguridad para evitar incidentes, formado por los agentes de la Policía Local y Nacional, los miembros de Protección Civil, Bomberos y agentes de seguridad privada.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
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