El menú de Antroxu «es sagrado»

Rubén Martínez corroboró ayer la tónica: en Casa Conrado «estamos completos». Pero, las llamadas no cesaban en busca de alguna mesa libre para comer «el emberzado, con la patata cocida y la berza, y el compango».

En ese mismo comedor, madre e hija irlandesas, Sinead y Pauline Macmahon, sucumbieron al menú. «Es la primera vez que lo probamos, está realmente bueno», aseguraron. «Conocí Casa Conrado porque vivo en Bimenes y, tras probarlo, quise venir con mi madre», explicó Pauline.

También en este restaurante, las amigas María Luisa Pérez, Rosa y Conchita Álvarez y María Jesús Alonso disfrutaban del menú de Carnaval. «Es el primer año que venimos a este restaurante por este día, pero vinimos hace unos meses y hemos pedido hasta la misma mesa», explicaron. «El Desarme y el Antroxu son sagrados», coincidieron. Y aunque el día de ayer, climatológicamente, no era especialmente frío, no resultó un problema para esta pandilla: «Entra bien cualquier día, solo hace falta tener hambre». Tampoco en El Ovetense quedaba una sola mesa libre. «Estamos llenos, también para el fin de semana», cuando todavía se podrá degustar el menú de Antroxu. Allí, los amigos Juan Martínez, José Bárcena y Javier Fuente no sabían escoger su parte favorita del menú. «Nos gusta todo del cerdo», decía, entre risas, Bárcena. «Y los frixuelos», añadía Fuente. Cada semana, se reúnen en dicho restaurante a comer, «hoy nos toca menú de Antroxu».

Y en El Llar de la Catedral, la misma tónica. El restaurante, lleno. «Tenemos todos los días completos, incluido el fin de semana», detalló Juan Cuesta, mientras el matrimonio formado por Marigel Martín y Chus Fernández se sentaban a la mesa llamados por «la calidad de la comida». El menú, para ambos, «es una barbaridad, pero está increíble».

También la buena comida es el motivo de la visita al local de la plaza de la Catedral de la familia Corujo Fernández-Kelly: «Somos 'fans' del Desarme y del Antroxu, dos excusas más para venir a comer», coincidieron. Sobre la mesa, les esperaba el pote asturiano. Solo era el comienzo del almuerzo.