Antroxu de Oviedo | Los mazcaritos juzgan a 'Puchidemón'

En el desfile, que recupera desde el año pasado el carnaval ovetense previo a la guerra civil, había enmascarados ya conocidos como las plañideras, los soldados, el cura o la destrozona -personaje malvado que con una escoba asustaba a los niños- y también nuevos, como los sopines, vestidos parecidos a los tunos. «Eran estudiantes y tenían que pedir para comer. Eran muy juerguistas y muy ligones», explicó uno de ellos, Nel Villanueva. Su compañera Cristina Busto precisó que llevaban «una cuchara en el sombrero» para las limosnas alimentarias.

En la plaza del Ayuntamiento, un magistrado aficionado a la bebida (Ánxel Nava), tanto que se desmayó dejando caer la botella, condenó a los dos peleles, que fueron manteados entre risas. Y hubo sátiras 'divinas' para el Ayuntamiento: «Uno y trino ye el alcalde / la cruz lleva la Taboada / y el espíritu pParlante / ye 'Rivi' cuando se embala». No faltó la burla para el «alcalde moxiganga» de las «fartures y otros varios».

La comitiva finalizó la fiesta en Gascona, donde se enterró la sardina en el gran tonel de sidra. El cabezaderu (Milio'l del Nido) entonó el 'gori-gori' por el pez muerto. Y ahora penar, que se acabó el antroxu y hoy ya es miércoles de ceniza.