Una gran colmena irrumpe en Montevil

Nada más entrar en esta residencia unas originales colmenas hechas con botellas recicladas cuelgan del techo. También abejas decoradas a mano por los propios usuarios, así como antifaces muy coloridos para que los visitantes de fuera se antroxen. Hay hasta un photocalls, uno de ellos con un osito glotón que come un frasco de miel. Se mire donde se mire, los trabajos manuales están por todas partes.

Si hay Antroxu, hay disfraz. En Montevil echaron mano de la creatividad y recurrieron a «bolsas de basura pintadas para la ocasión, es lo más cómodo». Con eso y unas máscaras, once de los residentes se convierten por un momento en este colorido insecto. «Somos un equipo, trabajamos todos para todos», explica una de las 'abejas', Loli González. «Yo soy una abeja obrera y hago un poco lo que me mandaban», bromea Keti Taboada, que lleva una máscara que optó por decorar con muchas tonalidades, «así es más alegre». María Josefa Fernández es el pegamento de todos, «se me dan bien las personas y ayudo a mis compañeros».

Si se les pregunta qué es lo más les gusta del proyecto colmena, pintar se lleva la palma. «Antes no quería saber nada, pero me enseñaron a colorear y ahora no puedo parar», señala Odolina Redondo, «me divierto mucho». En Montevil ya planean su próxima actividad para Semana Santa. Y es que como buenas abejas no dejan ni un minuto de trabajar.