«Por unos días, la calle es nuestra»

La formación cuenta ahora mismo con 45 miembros. Un número «ideal» a la hora de plantear la puesta en escena en el teatro, asegura su presidente. Curiosamente, ninguno es vecino del poblado de Santa Bárbara, que desde el principio les acogió -ensayan en su local social- «y tiene una paciencia infinita con nosotros porque cuando una charanga se pone a tocar, al que no le guste mucho entiendo que puede resultarle molesto», agradece Rodríguez.

Él, como el resto de miembros de su familia que aún están o estuvieron en la charanga, llegaron a ella por su hijo Diego, «cuando el crío tenía nueve años». Diego los embarcó en esta locura antroxera en la que ya no sigue pero en la que sí que continúa la matriarca de la familia, Gloria Fernández, que a sus 81 años «desfila con las chavalas, ¿eh? Mi madre ye atómica». Y probablemente «la decana» de todas las charangas de Gijón, calcula su hijo.

Los Restallones andan estos días ultimando su puesta en escena, rematando detalles del vestuario, repasando bailes, letras y percusiones. Lo del diseño del disfraz es cosa del propio Francisco. Las composiciones musicales, de su hermano Gustavo, músico profesional.

Del primero, del disfraz, trata el presidente de Los Restallones de no desvelar gran cosa. Tan solo garantiza que, tras la apuesta asturmexicana del año pasado -con la que consiguieron el cuarto premio en el XXXV Concurso de Charangas-, este «retomaremos nuestros orígenes» y volverán a lo seguro. A un traje «de fantasía restallona» que, promete su creador, será original, llamativo y elegante. «La elegancia, que no falte. Es muy importante», dice entre risas.

De las letras de las canciones que entonarán sobre las tablas del Jovellanos cuenta Rodríguez que serán «afiladinas», pero tampoco mucho. «Procuramos no meternos mucho en harina. Lo que queremos es que la gente se divierta, que entienda las letras, las disfrute y punto. No somos de hacer reflexionar a la gente». Lo suyo es divertir al público. Que los once minutos que tienen para dar lo mejor de sí en el concurso sirvan «para que la gente se ría. Si lo conseguimos, nos damos por satisfechos». Ese es, para ellos, el mejor de los premios.

Con todo, en su particular palmarés antroxero lucen ocho primeros premios, algo que de lo que sin duda pueden sentirse muy orgullosos.