La Xira y el Xiro, dos de los mazcaritos tradicionales, se divierten con una familia en una terraza. ARNALDO GARCÍA

Los mazcaritos reviven tras un siglo de olvido

Tradición. El colectivo Abillés, Vezos Astures y Sabia Nueva recuperaron ayer el antiguo desfile para abrir una jornada dominical que también estrenó baile y concurso en el teatro

ALEJANDROL. JAMBRINA

Lunes, 20 de febrero 2023, 02:20

Hace ya muchos años que en los carnavales es normal ver disfraces coloridos de superhéroes y personajes de dibujos animados, todo tipo de vestimentas que solo tienen como límite la imaginación de quién se los pone. Pero antaño el Antroxu avilesino era muy diferente, solo ... algún nonagenario con buena memoria, de los que hayan nacido en las primeras décadas del siglo pasado, tendrá la suerte de recordar los tradicionales 'Cortexos de Mazcaritos' con un sinfín de personajes grotescos y burlones que recorrían las calles de Avilés molestando, con humor, a los vecinos.

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Por eso ayer fue un día histórico en el que se recuperaron estas tradiciones y una comparsa formada por catorce mazcaritos se paseó por la ciudad para que los avilesinos recordasen las tradiciones de las que nació el carnaval con más solera de toda Asturias.

Fue un trabajo conjunto del colectivo Abillés en colaboración con Vezos Astures y la asociación Sabia Nueva de Sabugo. La comitiva salió en tropel del colegio Palacio Valdés y descendió por la calle Galiana incordiando a todo aquel que se cruzaba en su camino.

Personajes tan variopintos como La Vieya, El Cornelu con cabeza de toro o El Follosu con su traje hecho de maíz llamaron la atención de todo el mundo. «Jamás había visto a estos personajes, son feos de narices pero si es una tradición avilesina es lo suyo que se recupere, ojalá desfilen ya todos los años porque presta mucho», confesaba Sara García, mientras esquivaba un escobazo que le trataba de dar La Ramifela, un grotesco personaje con la cara ajada de aspecto poco amigable.

Los más pequeños se asustaban un poco al ver pasar a la comitiva, «se le cae la cara a trozos», reconocía un niño mientras se le acercaba El Festu y le arrinconaba tras las piernas de su madre. Todo con humor que es el Antroxu y se trata de divertirse, para asustar ya hay otras fiestas.

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El desfile siguió hasta la plaza de España, donde los mazcaritos se encontraron con otro personaje recuperado del pasado. Era El Tabal, un mazcarito que destaca por su altura y una descomunal joroba acoplada a su figura carnavalesca y representa la tradición pesquera de Avilés con las sardinas que lleva rastras.

Baile de gala en el teatro

En El Parche tuvo lugar otro acto tradicional que era típico en el Antroxu de principios del siglo pasado. Primero se cantaron las coplas de carnaval, unos monólogos humorísticos en prosa, y se cerró el acto con la Puya l' Gochu, es decir, la subasta de uno de los mazcaritos en forma de marrano que trató de escaparse de su amo hasta el último momento.

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Esta actividad recuperada del olvida fue todo un éxito, igual que el baile de gala que se celebró por la noche en el Teatro Palacio Valdés. El odeón avilesino volvió a vivir una de esas noches mágicas y su patio central, esta vez sin butacas, se convirtió en una pista de baile a la que acudieron decenas de personas.

El acto estuvo presentado por Nerea Vázquez y Pedro Durán y fueron la orquesta La Fórmula y el DJ Nacho Otero quienes se encargaron de poner banda sonora a una noche muy especial en la que además hubo un concurso para premiar los mejores disfraces.

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