Amaneció el domingo, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, con la ciudad mostrando su mejor cara. Sol y sin pinta de que fuese a llover, además de unas calles en perfecto estado de revista. Otro mérito para los trabajadores del servicio de limpieza que lograron ... que apenas quedasen restos de la gran fiesta del sábado por la noche. Después de un Descenso de Galiana que dejó un inmejorable sabor de boca y una noche en la que resultó imposible encontrar sitio para cenar y la fiesta se alargó todo lo que debe alargarse un sábado de Carnaval, las calles de Avilés amanecieron impolutas, sin apenas restos de la fiesta.
Publicidad
Además, la Policía Local confirmó que apenas se registraron incidentes, más allá de los habituales traslados por las ingestas excesivas de alcohol y quejas por ruidos, algo inevitable y que entra en la normalidad propia de festejos como el Carnaval que son sinónimo de jolgorio, exceso y diversión.
En este escenario, la mañana de este domingo se vivió con una interesante fusión festiva donde la recreación de la tradición convivía con las charangas y sus ritmos más modernos. De esta manera, desde las 12.30 cualquier caminante se podía encontrar con la charanga Picantes de Gijón versioneando a Alaska al lado de un tipo que intentaba vender su 'gochu' a todo el que veía pasar a su lado; sidros, guirrios, el médicu, la vieya, militares y sacerdotes, gaiteros, demonios, aldeanos retorcidos y malencarados, carros del país y gaiteros; otra charanga, Ceda el paso, detenía la comitiva en la plaza de Domingo Álvarez Acebal, mientras Los Chelos exhibían su repertorio por la calle de La Cámara.
Y, de esta manera, se consumía el vermú dominical, con la concejala de Festejos disfrazada de Superwoman recuperando fuerzas en la calle de San Francisco mientras los mazcaritos seguían haciendo de las suyas allá donde entraban, que era en todas partes.
En la plaza de Hermanos Orbón jugaron y bromearon con todo el mundo. Bueno, en la plaza de Hermanos Orbón fue donde los vimos, pero, fuentes bien informadas, aseguraron que no pararon hasta la plaza de España con todos los cortejos convertidos en uno solo, bailando con todo el que se pusiera a mano y pasándolo bien con tradiciones venidas de toda Asturias.
Publicidad
No faltaron en la comitiva carros del país, cargados con hojas de mimosas cuyo florecer nos anuncia que la primavera comienza a acercarse y que los días más duros del crudo invierno ya son parte de la historia. Pero eso, señores, poco importa porque estamos en Carnaval.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.