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LUCÍA LÓPEZ PÉREZ
Domingo, 11 de febrero 2024, 00:23
Y el arte llenó Avilés. Hubo literatura, con clásicos como La Cenicienta o Peter Pan. Y cine, con 'Grease', 'Titani'c y 'Mad Max'. Y pintura, con varios museos en los que no faltó Velázquez ni Picasso ni Frida Khalo. Tampoco faltó la escultura, ni el cómic, ni la música. Pero sobre todo, lo que más predominaba ayer entre las treinta peñas que este año bajaron la calle Galiana en la XXXVI edición del descenso que lleva su mismo nombre, fue la satisfacción del trabajo realizado, el «buen rollo» y, sobre todo, las ganas de disfrutar de «el mejor Antroxu del mundo».
Una hora antes de que los treinta artilugios tomaran posiciones, el Palacio Valdés ya era toda una fiesta en la que la música de varias construcciones y la diversión estaban servidas. No era para menos pues si el año pasado el nivel fue alto, este año «es aún mayor». En ello coincidían la peña Ébano, clásica en el Antroxu avilesino, y la peña Con guajes y a lo loco, aunque la sensación la compartían los cientos de artistas que desde enero llevan trabajando en sus construcciones.
Pedro Arobes, de esta última peña, aseguraba con orgullo que «hay más nivel incluso que el año pasado, son auténticas obras de arte lo que hay aquí». Ejemplo de ello su artilugio 'Con guajes y a lo loco', inspirado en Peter Pan y el barco del Capitán Garfio donde a los lados podía leerse el cuento y en lo alto verse la torre de Londres. La temática de este año del Carnaval y los dieciséis niños que componían la peña hicieron que desde el primer momento tuvieran claro la temática. No se equivocaron pues no faltó detalle en su construcción. «Tiene un farolillo a un lado que cuando oscurece se enciende y simula que está Campanilla dentro', explicaba Pedro.
Muy cerca de ellos la peña Peripecias ya había iniciado su fiesta. En ella «los niños son los protagonistas» como explicaban Rubén Álvarez, Miguel Ángel López y Miguel Ichu. Los relojes de Dalí, o los girasoles de Van Gogh eran algunas de las obras que su 'Museo Peripecias' exponía. «Es el Museo de El Prado aunque hemos negociado con el Reina Sofía, el Thyssen y el Moma para pedir prestadas algunas obras», explicaba Miguel Ángel quien, a pesar del «poco espacio» que tuvieron en la nave, se mostraba muy satisfecho tanto con el resultado y como con el «buen rollo» que hay entre las peñas.
Pero los pequeños no fueron los únicos que disfrutaron de la jornada, sino que los más mayores también se esmeraron en hacer de la previa una folixa particular. Y es que con algo había que amenizar la espera, y qué mejor que calentando motores con fiesta digna de la Antigua Grecia. Así fue el caso de Los Disfrutones, que desde hace cinco años participan en el Descenso dándolo todo. En esta ocasión eligieron volver al pasado y hacer gala del arte griego. «La temática era 'bellas artes' y pensamos en la arquitectura», contaba Alberto Molina. Así surgió 'El Partynon' un lugar de culto a la fiesta en el que ayer todos comulgaron.
Incluso lo hicieron otras peñas como Los Nostálgicos que este año se estrenaban en el descenso con ilusión y muchas ganas de disfrutar. Su artilugio, 'La vuelta a la Galia-na' fue un homenaje a Astérix y Obélix que hacía gala de su nombre. «Venimos a pasarlo bien y a dar espectáculo», decía Patricia. Y lo dieron ya que su artilugio era uno de los que llevaban música en directo, concretamente de dos djs de la sala Quattro.
También se estrenaron Los Zamparrampas con un museo en el que el 'Guernica' de Picasso estaba lleno de colores. «Queremos quedar de la mitad para arriba», bromeaba Freire. Los 42 integrantes de la peña se animaron a construir el artilugio gracias a los niños. «Teníamos críos y el año pasado dijeron que querían una carroza así que nos apuntamos», explicó. Todos ellos afrontaban con nervios y mucho humor el descenso.
Entre los clásicos estaba la peña Versalles, con su artilugio inspirado en Mortadelo y Filemón. «Hubo mucha discusión pero como el cómic es el noveno arte dijimos: vamos a ello», decía Fernando Miranda. La idea surgió además como un homenaje a Francisco Ibáñez, autor de los cómics que marcaron su infancia y la de muchos. «Coincidió con su muerte y pensamos que era una buena forma de rendirle un homenaje», contó.
Y tampoco faltó la peña Ébano, el gigante del descenso. Literalmente. Este año sorprendió con un artilugio inspirado en la película 'Mad Max'. Motos, una jaula y unos altavoces desplegables hacían que cualquiera que pasara delante de su artilugio alzase la vista buscando un final. «Que sea lo que tenga que ser.», afirmaba Paula López antes de salir. Junto a ella, Camila y Aroa, quienes llevan bajando el descenso desde hace cinco años, aseguraban que «todos los años se supera el nivel, es increíble». Los sesenta integrantes de la peña coincidían en que «lo único que queremos es disfrutar». Y así lo hicieron. Ellos, el resto de peñas, el público que esperaba a la salida del Palacio Valdés y todo Avilés en un descenso que volverá a quedar para la historia.
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