Les Arrexuntáes se estrenan y ganan el concurso de murgas

Les Arrexuntáes, murga de la peña Arrexuntáos, ganó ayer el Concurso de Murgas y Fanfarrias, el primero al que se presentaban. Su letra sobre la inflación y la búsqueda voraz de ofertas de supermercado en supermercado al ritmo de la música de Alaska convenció a un jurado que otorgó el segundo y el tercer premio a La Hermandad y Les Viudines, respectivamente. En cuarto lugar quedó Chiringuikids, la segunda murga que se estrenaba este año.

Les Arrenxuntáes salieron con la mejor de las sonrisas al escenario a pesar de que la asociación de vecinos Pedro Menéndez les afearan su intención de usar música enlatada, algo que al parecer permiten las bases. El grupo mostró su desconcierto y la mejor de las voluntades para no molestar a nadie, pero lo cierto es que la advertencia las disgustó . Al fin y al cabo el espíritu de las murgas es la diversión, algo que tiene muy claro la Orquestina La Pecera, el grupo más anárquico de los que participa. Cada uno vestido a su manera y con las letras recién salidas del horno de Casa Alvarín y ensayadas en la sobremesa, ya comentaban antes de subir que lo de menos era ganar, que ellos competían por mantener vivo el espíritu del Antroxu.

No fue el único malestar del concurso: la escalera para subir al escenario se convirtió en la protagonista de la noche. No hubo grupo que no protestara, sobre todo desde que el presentador Toño Caamaño prohibiera hacerlo después del segundo grupo.

La primera en hacerlo fue la asociación Pedro Menéndez, cuya presidenta no subió por miedo a caerse y soltó su diatriba por el micrófono desde abajo. Pero es que Les Viudines tuvieron que quitarse sus madreñas para no besar el suelo al bajar. La Hermandad quitó hierro y bromeó con una escalera mecánica hasta que de nuevo La Pecera, uno de cuyos miembros también se tuvo que quedar abajo, incendió de nuevo el tema.

Circunstancias colaterales al margen, la plaza de Carlos Lobo presentó ayer un aspecto inmejorable para seguir unas actuaciones que, en algunos casos, se hicieron demasiado largas. En casi todas las coplas se habló de inflación y de trenes, aunque también hubo sitio para el cotilleo de Shakira y Piqué, que recuperó La Hermandad.

La Pecera censuró las obras en el parque del Muelle, las luces de Navidad y los baches tras las obras. También en clave local, los de Pedro Menéndez criticaron la falta de personal en la estaciones de autobús y tren y mencionaron a Alcoa, Arcelor y Cristalería. Los Chiringuikids, nacidos tras la pandemia para animar la Navidad en Llaranes y El Pozón, se estrenaron haciendo guasa sobre la fuente trasladada de la plaza Pedro Menéndez a la avenida de Alemania. Y las Arrexuntáes, con sus disfraces de época inspirados en el Titanic, se fijaron en la inflación y en la cesta de la compra con la música de 'A quién el importa' de Alaska. Los dos nuevos se caracterizaron por la prudencia, sus actuaciones fueron las más breves.

La Hermandad, vistiendo el chandal de los bazares chinos que ha triunfado estos carnavales, bromearon con el gimnasio de moda y lo enlazaron con una oda a la necesidad de cuidarse. Mientras Les Viudines ensalzaron el sol y sombra tras censurar al emérito y Froilán.

El concurso terminó con actuación de las charangas y el estreno del 'Blues de Avilés', por Caamaño y Favila.