Canteli pide al Principado «ir rompiendo» las restricciones para «fomentar el consumo»

Los sidreros de Gascona deciden mañana si abren o no, pendientes de «acercar posturas» con Barbón, y El Antiguo pone su fe en las terrazas

A. ARCE / R. AGUDÍN

OVIEDO.

Viernes, 11 de diciembre 2020, 03:35

El alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli; y el presidente del Principado, Adrián Barbón, tienen «un diálogo fácil», dice el primero; no obstante, eso no implica que en el terreno de las nuevas restricciones impulsadas desde el Ejecutivo autonómico para la reapertura de la ... hostelería haya llovido a su gusto. Todo lo contrario. «No estoy satisfecho, no se hizo bien» y «me parece extraño», critica el regidor de la capital asturiana, que esta semana recibirá a sus nietos, a su hijo y a su nuera, «y no podré comer con ellos».

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Valga el ejemplo para resumir la situación que vivirán muchas familias estas Navidades, asumió ayer el popular ovetense a su paso por la Catedral para la celebración de la misa de Santa Eulalia, patrona de la ciudad. Por eso, exigió al Gobierno de la región «ir rompiendo» con las restricciones en favor de un mayor control tanto de clientes como de negocios que no cumplan las medidas de seguridad para así «fomentar el consumo». Porque lo cierto, denunció, es que «se está haciendo un daño tremendo a la hostelería». «El negocio que no siga las normas sanitarias, que lo cierren», sentenció, pero «hay que sacar a la gente a la calle con orden». Y es que, abundó, «imagínense esos pisos pequeños con cuatro o cinco personas sin tener hostelería ni nada en la calle». Algo que calificó de «terrorífico».

Mientras tanto, los hosteleros de la vieja Vetusta encaran, por partes, la llegada de la próxima semana. Algunos, como el presidente de la Asociación de Hostelería de El Antiguo y propietario de La Forja y La Fragua, Casto Fano, lo tienen claro. «Yo voy a abrir, porque después de un mes de gastos y sin una sola ayuda esto acaba siendo insostenible», criticó. Eso sí, señaló, si viene buen tiempo este diciembre, «yo me libro porque tengo una buena terraza y porque mis negocios son cervecerías», pero para los restaurantes u otros establecimientos sin grandes veladores exteriores «esto es un jaque mate». Para ellos, expuso, «esto es un cierre encubierto, igual que para mí si llueve».

A pocos cientos de metros de allí, durante el mediodía de ayer se reunieron los representantes de la sidrerías que dan vida a la calle Gascona, el Bulevar de la Sidra, para decidir si el lunes levantarán todos a una la persiana o no. Al frente, Pedro Caramés, aseguró a este diario que «habrá que esperar», al menos hasta mañana, «para ver si el Principado rectifica sus restricciones y acerca posturas de apertura». Aunque lo cierto, apostilló a renglón seguido, es que «las condiciones no son nada favorables a la apertura de Gascona. La sidra no puede salir en mínimos».

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