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No había más que ver el dramático descenso del número de capturas en los ríos asturianos para comprobar que cada vez menos salmones llegan a los ríos. La lista roja de especies amenazadas, actualizada este lunes en la Cumbre del Clima de Dubái, pone de ... relieve el impacto del calentamiento global en la biodiversidad y viene a confirmar lo que decían los ribereños asturianos: que el salmón está en riesgo, que el famosísimo Campanu podía decirse que está en necesidad de cuidados intensivos. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) desveló durante la COP28 el nuevo inventario sobre el estado de conservación global de especies vegetales y animales. En su lista roja, que mide el riesgo de extinción de estas últimas, evalúa 157.190 especies, 44.016 de las cuales están amenazadas de extinción a escala global.
Una de las que agravan su estado es el salmón Atlántico (Salmo salar), que pasa de la categoría de 'preocupación menor' a la de 'casi amenazado', con datos que aseguran que la población mundial disminuyó en un 23% entre 2006 y 2020. «La especie ocupa en la actualidad una pequeña parte de los ríos que habitaba hace un siglo en el norte de Europa y América del Norte, debido a las múltiples amenazas que encuentra a lo largo de sus migraciones de larga distancia entre hábitats de agua dulce y marinos», recoge la agencia AFP que refleja el informe.
Así, señala que el cambio climático afecta a «todas» las etapas del ciclo de vida del salmón Atlántico e «influye en el desarrollo de los jóvenes salmones reduciendo la disponibilidad de presas y facilitando la expansión del área de distribución de especies exóticas invasoras».
«Las represas y otros obstáculos bloquean el acceso a las zonas de desove y alimentación, mientras que la contaminación del agua y la sedimentación, principalmente debidas a la tala y la agricultura, conducen a una mayor mortalidad de los jóvenes salmones. Otros de los factores son la hibridación de salmones que se escapan de piscifactorías y amenaza a muchas poblaciones silvestres y podría debilitar aún más su capacidad de adaptación al cambio climático; la mortalidad por el piojo del mar en las piscifactorías o el salmón rosado, una especie invasora del Pacífico que se extiende rápidamente por el norte de Europa», especifican.
La actualizada Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN también completa el primer estudio mundial sobre el estado de los peces de agua dulce, que muestra que el 25% de las especies evaluadas están ahora en peligro de extinción.
En la nueva lista, las tortugas verdes del Pacífico sur central y del Pacífico oriental están clasificadas «en peligro» y «vulnerables» respectivamente, también afectadas por los efectos del calentamiento global o por las capturas accidentales durante la pesca. Del lado de las plantas, la caoba de Honduras o caoba de hoja grande -empleada para fabricar muebles, elementos decorativos o instrumentos- pasó de «vulnerable» a «en peligro».
Por otra parte, la situación de dos especies de antílopes mejoró en esta actualización: el órix de cuernos de cimitarra está ahora considerado «en peligro», gracias a los esfuerzos de conservación realizados mediante su reintroducción en Chad, después de su extinción en estado salvaje a finales de los años 1990. La UICN añadió que su supervivencia «depende de una protección continua contra la caza furtiva». Los antílopes saiga, presentes principalmente en Kazajistán, ya no están «en peligro crítico» sino que se consideran «casi amenazados». Su población en este país de Asia Central aumentó 1.100% entre 2015 y 2022.
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