El calor colapsa Asturias con temperaturas «asfixiantes» y atascos kilométricos en las playas

«Lo de hoy es asfixiante, agónico. No hay quien aguante este calor». La frase de Mariano Sittner, argentino con más de 23 años en Asturias y dueño del café El Molín, situado a un paso de la playa fluvial de Cangas del Narcea, viene a constatar lo que la Agencia Estatal de Meteorologia (Aemet) llevaba anunciando durante toda la semana pasada. Unaola de calor que este domingo reventó los termómetros en Asturias y que llegó a colapsar las principales playas de la región.

La Aemet registró la temperatura máxima del Principado en Laviana, donde se alcanzaron 39 grados. Y en Mieres, Sobrescobio, San Martín del Rey Aurelio, Amieva, Belmonte y Cangas del Narcea se llegó a los 38. «Hace un calor insoportable. Es que no corre ni el aire», daba fe Mariano Sittner, desde uno de los concejos del Principado que más calor pasó ayer y cuyos vecinos llenaron hasta la bandera la Presa del Molín, epicentro estival del suroccidente asturiano.

Si en Cangas del Narcea no soplaba ni el aire, en el concejo de Aller, a 37 grados, «el poco aire que hay, hasta molesta, de lo que caliente que es». Álex Rodríguez, conocido en Cabañaquinta por regentar la Sidrería Picu Tres Conceyos, llamaba ayer la atención sobre el hecho de que «el pueblu está desierto, no hay un alma por la calle», como prueba de la inclemencia de las temperaturas. «Habitualmente, Cabañaquinta está animado los domingos. Pero, con este día, la gente o no sale de casa o, si sale, es para ir a las piscinas de la zona o a la playa», comentaba Rodríguez.

No le faltaba razón, porque ayer Asturias se tiró a la playa, colapsando los accesos a los arenales más populares de la región y causando retenciones importantes en algunas autovías. Como en la Autovía del Cantábrico, la carretera entre Gijón y Villaviciosa o la autopista 'Y'. El tráfico fue especialmente complicado en el Oriente, sobre todo en aquellos puntos donde confluyen los vehículos procedentes de las zonas del interior con los que provienen de Gijón y otros municipios costeros.

La Guardia Civil tuvo incluso que activar paneles informativos para advertir a los conductores de la situación. «Acceso Rodiles, completo», empezó a leerse pasado el mediodía en las proximidades de la playa más concurrida de Villaviciosa. No sólo. En la playa de Aguilar, en Muros del Nalón, también se tuvo que restringir el acceso al tráfico ante el aluvión de coches y bañistas generado por las altas temperaturas, que debordaron desde Gijón a Luanco o Colunga.

La Guardia Civil, de hecho, lanzó avisos durante todo el día pidiendo prudencia «y paciencia», porque el retorno fue igual de complicado que el éxodo matinal hacia las playas. Los agentes de la Benemérita tuvieron que regular las intersecciones más problemáticas para facilitar la circulación en un domingo extremo en temperaturas, en tráfico y en turismo. Según la Aemet, Asturias ha pasado uno de los meses de julio más cálidos de los últimos sesenta años. Y agosto va camino de superar ampliamente ese registro.

Como el concejo de Aller, también llegaron ayer a los 37 grados Langreo, Lena, Santo Adriano, Caso, Pesoz, Piloña y Proaza. En Oviedo, el mercurio marcó 34 grados; en Gijón, 31; y en Avilés, 30. Los termómetros fueron más benevolentes en Tapia de Casariego, con 26 grados; en Castropol, Cudillero, Navia, Valdés, Gozón y Ribadesella, con 28; y en Castrillón, Ribadedeva y Llanes, con 29. Si las máximas hicieron sudar a la región, la mínimas otro tanto de lo mismo. En algunas zonas, de hecho, no se bajó de los 21 grados; ni siquiera durante la noche.

Hubo desmayos e incidencias ocasionadas por golpes de calor, aun cuando las autoridades sanitarias vienen advirtiendo desde hace días de la convenciencia de tomar precauciones ante la alerta por altas temperaturas. El Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) tuvo que realizar tres rescates, dos de montaña y uno marítimo, en Sobrescobio, Cabrales y Ribadesella. La primera intervención se produjo entre Ladines y Soto de Agues, en una finca sin acceso rodado donde un hombre había sufrido un síncope debido al calor. Fue necesario trasladarlo al HUCA.

El siguiente rescate: en la Ruta del Cares, donde precisó asistencia una mujer que presentaba agotamiento y no podía avanzar, también como consecuencia de un golpe de calor. En este caso, hubo que evacuarla al Hospital de Arriondas. Y, desde aquí, los efectivos del SEPA se desplazaron a la playa riosellana de Vega, donde un bombero-rescatador llevó a cabo una operación de grúa para poder socorrer a un hombre que se había quedado enriscado. Hoy, todo apunta a que amaina el calor. La Aemet no sólo anuncia una bajada de las temperaturas –de más de 11 grados–, sino también viento de galerna y lluvia. Es la cara y la cruz del verano.

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